Luego de la destrucción de la comuna, los inconformes con la reelección se organizaron en grupos para evitar que las autoridades recuperaran el edificio, y acusaron a Vásquez de peculado, malversación de fondos, obras sobrevaloradas y nepotismo, y, según uno de sus opositores, “por acarreo de gente de otras partes para que vinieran a votar por él”.
Las autoridades efectuaron operativos para retomar la sede edil, pero no lo lograron. “El Ayuntamiento fue recuperado por civiles que sorprendieron a los inconformes y tomaron las instalaciones para que el orden regresara”, expuso Vásquez.
Sin embargo, la Comisión Presidencial Nacional de Diálogo preparó el terreno, pues sirvió de enlace para reconciliar a las partes, y se firmó un acuerdo entre los grupos en disputa.
La calma retornó a Pochuta, pero Vásquez indicó que el crecimiento económico retrocedió. “La tasa de empleo vino en descenso, la delincuencia encontró terreno fértil y los servicios municipales estaban deteriorados”, señaló.
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