El Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), señaló en un boletín que es necesario tomar en cuenta algunas recomendaciones, principalmente en el tema de aviación y turismo, pues debido a la erupción el coloso expulsa grandes cantidades de material volcánico.
Según el Insivumeh, unos de los flujos de lava, de mil metros de largo, se dirige a la barranca Cenizas, y el segundo, de 400 metros, hacia la barranca Seca, en Santa Teresa.
Esta nueva fase eruptiva, que aún no ha obligado a hacer evacuaciones, tiene además avalanchas moderadas en el contorno del cráter y explosiones “constantes” que han levantado una columna de ceniza de unos cinco metros de altura sobre el nivel del mar.
Esta se desplaza a más de 10 kilómetros en dirección oeste y suroeste y ya han caído finas partículas de ceniza en zonas aledañas a las comunidades de Panimaché I, Morelia, Santa Sofía, El Porvenir, Sangre de Cristo, en San Pedro Yepocapa, Chimaltenango.
Las explosiones están acompañadas de retumbos “moderados” que originan una onda de choque “modera y fuerte” que causa vibración en los techos de viviendas aledañas.
El ente científico ha advertido que, según la actividad sísmica, las explosiones se mantienen por lo que “existe la posibilidad” de que la fase eruptiva tipo estromboliano evoluciones a volcánica.
El volcán, de tres mil 763 metros de altura, está situado entre los departamentos de Escuintla, Chimaltenango y Sacatepéquez.