Chiquimula

Langostas devoran todo a su paso en Chiquimula

Desde hace más de 15 días, diversidad de cultivos son afectados en comunidades de Chiquimula, debido a los brotes de langostas o chapulines que alarman a agricultores y campesinos.

Agricultores chiquimultecos está alarmados por la proliferación de langostas. (Foto Prensa Libre: Mario Morales)

Agricultores chiquimultecos está alarmados por la proliferación de langostas. (Foto Prensa Libre: Mario Morales)

Los insectos han infestado bosques de pino y cultivos de maíz, frijol, tomate, berenjena, chile y pepinillo en áreas de Camotán, Jocotán, Olopa, Quezaltepeque y Esquipulas, en Chiquimula, y les han causado daños. 

La casa de  Elisa Morales es un  ejemplo de la presencia de  chapulines. Estos animales se mueven por las paredes, se les  encuentra muertos en la acera o caminando sobre las frutas.

Francisco Manchamé, de 64 años, tiene una parcela a la orilla del río Jupilingo, La Libertad. Afirma que nunca  había visto tantos de esos insectos, que esta vez dañaron algunos de sus cultivos de maíz.

“Es común ver a estos animalitos, pero nunca en cantidades tan grandes. Esto de alguna manera nos debe llamar la atención para ser conscientes del daño que causamos a la naturaleza”, advirtió.

“Es común ver a estos animalitos, pero nunca en cantidades tan grandes. Esto de alguna manera nos debe llamar la atención para ser conscientes del daño que causamos a la naturaleza”.


“Estos animales  se mantienen de día en las copas de los árboles, buscando sombra y alimento en las hojas, pero durante la noche bajan a los cultivos y los dañan. Necesitamos desde hace días que gente del Maga se haga presente aquí para que nos aconsejen y ayuden a controlar esto”, agregó.

En Esquipulas, el brote de langostas ha dañado los bosques de pino en  Carboneras, Horcones, Timushán y Monteros.

“Una de las lomas que tiene pino en nuestra comunidad ha sufrido desgaste con la llegada de esta plaga, dejándolos sin sus hojas”, relató Víctor Guerra, vecino de Monteros.

“Hemos sido afectados con este tipo de insectos desde hace seis años. Aparecen en el verano. Cada agricultor tenemos pérdidas de hasta Q10 mil en nuestros cultivos de maíz y frijol, ya que se comen parte de las plantaciones”, refirió  Juventino Monroy, agricultor de Carboneras.

Vecinos de la zona urbana han usado insecticidas, por temor a que las langostas destrocen sus jardines y árboles frutales.

“A mi casa llegaron varios insectos y se posaron en el árbol de limón, empezaron comiéndose las hojas. Nos percatamos y los matamos”, explicó Gloria García, vecina de  Residenciales del Valle.

Sergio Gutiérrez Guerra,   42, vecino de Caparjá, Camotán, dijo que la cantidad de chapulines era alarmante hace unos días y gracias a la lluvia reciente disminuyeron, pues no sobreviven en ambientes húmedos.


“Los bosques de Caparjá no se reconocen, pareciera que las montañas hubieran sido incendiadas, pero no es así, son estos animales que han dejado sin verdor a los pinos. Esto nunca lo había visto antes, en más de 40 años de vida en el campo”, relató.

Brote insusual

Jesús Gutiérrez, 87, contó que desde 1940 no veía tantas langostas en Caparjá. “Recuerdo que en esa ocasión los cielos se oscurecían con tanto insecto y creímos por un momento que sería el fin de las cosechas y bosques. Gracias a Dios nos logramos reponer, pero cada día el ser humano causa más desequilibrios en la naturaleza”, comentó.

Agricultores y personal del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga) coinciden en que la temporada seca ha influido en la propagación de esos insectos, que han puesto en alerta al sector agrícola de esa región.

“En Concepción Las Minas ha estado lloviendo un poco y los chapulines se están muriendo. Sabemos que hay alarma, pero lo que se debe hacer es tener calma y entender el fenómeno para tratar de controlarlo”, dijo Mynor Paz, epidemiólogo encargado de vigilancia y análisis de riesgo de plagas del Maga en Chiquimula.

Verificarán situación

Los pobladores de las áreas afectadas no han visto la intervención de las autoridades del Gobierno ante el problema que les afecta, por lo que  piden que evalúen los daños.

“Hemos sido afectados con este tipo de insectos desde hace seis años. Aparecen en el verano. Cada agricultor tenemos pérdidas de hasta Q10 mil en nuestros cultivos de maíz y frijol, ya que se comen parte de las plantaciones”.


Paz informó que delegados del Maga viajaron ayer al lugar para observar lo que define como brotes que  afectan a varias comunidades.

“Son insectos  masticadores y se alimentan de especies forestales,  y al faltarles alimento  consumen lo  que se les ponga en su camino, incluidos cultivos. Por el momento no se han reportado pérdidas agrícolas”, aseguró.

Según Paz, la especie que afecta a las comunidades  no es tan agresiva  como otros tipos de langostas, y solo comen cultivos cuando devastan totalmente los bosques y árboles frutales.

“Se identificarán los focos, serán geoposicionados y se recolectarán muestras para enviar al laboratorio y coordinar un plan de control, de ser posible biológico, para proteger el ambiente. El Maga está consciente del fenómeno y por eso estamos coordinando acciones prontas”, señaló Paz, quien indicó que no puede confirmar que se trate de una plaga, pues para eso los agricultores deberían reportar la pérdida de más de la mitad de sus cultivos.

Además del Maga, a Jocotán y Camotán se presentó personal del Consejo Nacional de Áreas Protegidas y del Instituto Nacional de Árboles.

Fernando Carrera, alcalde de Jocotán, informó que mantienen vigilancia, sobre todo en las cosechas de maíz, frijol y árboles frutales. Los técnicos consultados recomiendan a la población no usar controles químicos.

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