René Herrera, pescador de Iztapa, expresó que han visto cómo cada año el nivel de los ríos baja y eso repercute en la cantidad de agua dulce que llega al Canal de Chiquimulilla, lo que altera el ecosistema, pues no permite que crustáceos que llegan a desovar se desarrollen, y eso causa desequilibrio en la naturaleza.
“Antes se podía pescar a poca distancia de la playa, incluso en el Canal, pero este está azolvado y hay que esperar a que la marea suba para salir, pues las lanchas no logran navegar a cualquier hora, y hay que ir más lejos para pescar”, se quejó Herrera.
Sixto Torres, otro pescador, dijo que los ríos no llevan solo agua, sino también productos químicos que las diferentes agroindustrias utilizan en sus cultivos, pues hacen tomas de agua o quineles y cuando llueve todo ese líquido es arrastrado de nuevo a los ríos.
Enfatizó que son toneladas de basura son lanzadas a los ríos y llegan a la costa. “Las playas no solo se ensucian, sino que ahora los peces se comen esos plásticos. Al final comemos mariscos que llevan productos químicos en su organismo. Es tiempo de actuar”, resaltó Torres.
Violeta Reina, del programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Conservación y uso Sostenible de la Biodiversidad en Zonas Marino Costeras, informó que trabajan en el impacto del cambio climático en la pesca, por lo que hacen un estudio que refleja variaciones muy fuertes en el país, sobre disminución de la productividad pesquera, lo que tendrá un impacto fuerte en la población de la Costa Sur.
Promueven adaptación
Añadió que se han organizado reuniones con pescadores para conocer los problemas que afrontan y buscar soluciones con actividades y proyectos que puedan mejorar la capacidad de adaptación, dijo Violeta Reina, del programa de la ONU para la conservación y desarrollo de zonas costeras.
Reina señaló que se espera que a finales de agosto se cuente con un plan para reducir la vulnerabilidad ante el cambio climático para lo cual se planifican talleres en toda la zona costera para implementarlos con el programa de las Naciones Unidas y el Ministerio de Ambiente.
Explicó que la población local se queja de dos factores clave, escasez de agua, ya sea por el desvío de ríos, contaminación y azolvamiento, tanto en esteros como en manglares; así como de la acidificación del agua y el aumento de la temperatura del mar. Los dos tienen impacto en la productividad pesquera.
Julio Monroy, presidente de la Coordinadora de Asociaciones Pesqueras del Litoral Pacífico, expresó que debido a los problemas que afectan a este gremio se organizaron y que representan a 60 mil pescadores. Esperan integrar a los de Caribe guatemalteco.
Añadió que la carne de pescado es muy saludable y es poca la información que se da al respecto, y por los altos índices de desnutrición, la pesca debería estar en la agenda del Gobierno.