El volcán mantuvo flujos de lava, y con el pasar de las horas la actividad sísmica y explosiones disminuyeron.
La caída de ceniza se reportó en las comunidades de Santa Sofía, Morelia, El Porvenir, Finca Palo Verde, Sangre de Cristo, San Pedro Yepocapa, Panimaché 1 y 2, Alotenango, Ciudad Vieja y Antigua Guatemala.
La Conred declaró alerta naranja por el incremento de la primera actividad del coloso del 2018. Añade que la alerta también se da por la temporada de incendios forestales y daños por lluvias por frente frío en la Franja Transversal del Norte y el Caribe.
Suspenden clases
Juan Fernando Galindo, delegado de la Conred en Sacatepéquez, informó que como medida de prevención evacuaron a estudiantes de dos escuelas de El Porvenir, San Juan Alotenango.
También, en la comunidad La Rochela, Escuintla, también fueron suspendidas las clases para resguardar a los estudiantes.
Autoridades se mantienen en alerta y recomiendan no permanecer ni acampar en áreas cercanas al coloso para evitar ser alcanzados por el material que expulsa el volcán.
Se informó que el paso vehicular en el km 90 de la RN-14, estuvo cerrado, debido al descenso de flujos piroclásticos.
Personas afectadas
- Chimaltenango 15 mil 560.
- Escuintla 23 mil 738.
- Suchitepéquez seis mil 468.
- Sacatepéquez 238.
- Según Conred, han sido evacuadas 280 personas.
Comportamiento
Karla Chun, geóloga del Insivumeh, comentó que desde la noche del miércoles último el coloso registró ocho explosiones por hora y este jueves desde las 5 horas inició con el descenso de flujos piroclásticos que han sido de manera constante por las barrancas Seca (Santa Teresa), Trinidad y Las Lajas.
Indicó que el comportamiento eruptivo tuvo constantes sonidos moderados y fuertes similares a una locomotora de tren, retumbos constantes de carácter moderado y fuerte sensibles en el perímetro volcánico.
“Aún persiste la posibilidad de que se sigan generando flujos piroclásticos, por lo que no es conveniente permanecer dentro o en las cercanías de las barrancas principales, ni ascender el volcán de Acatenango debido a que se encuentra muy cercano al de Fuego y la caída de ceniza podría causar infección aguda en los ojos y vías respiratorias”, comentó.
La experta dijo que es importante que los pobladores de las comunidades cercanas eviten consumir agua de pozos, porque la ceniza podría contaminarla y causar trastornos gastrointestinales.
William Chigna, técnico de la Unidad de Volcanes de la Conred, explicó que por la magnitud de la erupción del coloso el cráter presenta una fisura. Los flujos piroclásticos han descendido entre 500 y mil grados centígrados desde las 5:30 de la mañana cuando comenzó la actividad eruptiva.
Refirió que la erupción comenzó a disminuir y podría concluir en las próximas 24 horas.
“El volcán de Fuego es de tipo vulcaniano caracterizado por su actividad efusiva, columna de ceniza y los flujos periclásticos”, agregó.
Internautas comparten imágenes del Volcán de Fuego
La Dirección General de Aeronáutica Civil informó que, a pesar de la erupción del Volcán de Fuego, las operaciones aéreas continúan con normalidad en el Aeropuerto Internacional La Aurora.
Recomendaciones
- Cubrirse los ojos y vías respiratorios
- Cubrir alimentos y recipientes donde se almacena agua para consumo
- En caso de alergia o problemas respiratorios, acudir a un centro de salud
- Limpiar techos de viviendas para evitar daños.
- Limpiar la ceniza acumulada en el interior y exterior de las viviendas
Constante amenaza
Cuando hace erupción el Volcán de Fuego, a la Conred e Insivumeh les preocupa cómo, en qué momento y a qué hora podría descender un río de piedras y ceniza hacía las barrancas y ríos porque podría dañar puentes y carreteras de los pueblos cercanos.
A las autoridades no les preocupa tanto la caída de ceniza, sino la acumulación de rocas volcánicas en el cono. El riesgo es que, cuando llueve, todo el material va hacia los ríos en las faldas del complejo volcánico que podría provocar destrucción en los poblados e infraestructura vial.
Gustavo Chigna, jefe de la sección de geofísica del Insivumeh, explicó que desde el año 2015 el Volcán de Fuego aumentó su actividad desde que se reactivó en 1997.
Su promedio de fases eruptivas al año era una, a excepción del 2005, que fueron seis.
Desde hace tres años el promedio anual son 15 erupciones, es decir, una fase eruptiva cada 20 o 25 días, un patrón nunca visto.
El experto mencionó que las erupciones han dejado millones de metros cúbicos de material que con la lluvia descienden poco a poco.
