En este municipio los daños no solo son en las ocho comunidades que resultaron afectadas por las inundaciones, sino que también la pesca artesanal ha sido perjudicada pues, por las condiciones climáticas es muy riesgoso hacer ese trabajo.
Ronald Padilla, encargado de una melonera, refirió que debido a las lluvias parte del terreno de la finca se anegó lo que afectó el 25 por ciento de la producción de esa fruta que ya estaba para ser cosechada, lo que ha dejado pérdidas millonarias.
Las familias esperan que la ayuda alimentaria no se detenga hasta que las lluvias cedan y el agua empiece a bajar de nivel, sin embargo. También deben lidiar con una consecuencia inevitable de traen las inundaciones: las enfermedades virales y de la piel, a consecuencia de la humedad.
Rudy Hernández, poblador afectado de asentamiento el Palmar, indicó que han estado mucho tiempo en contacto con el agua debido a que debe ir a ver sus casas, que, debido a que el agua ha permanecido estancada por días, despiden malos olores, pues el sector carece de drenajes y se usan fosas artesanales para las aguas servidas.
Esta condición ha provocado que tanto en niños como adultos comiencen a padecer de hongos y paracitos, por lo que piden una jornada médica.
Nájera expuso que preparan la logística para continuar el apoyo a las familias a quienes se les ha entregado alimentos y agua pura, pues las familias no han podido trabajar por la situación.
Empresarios apoyan
Los ingenios azucareros de Guatemala, agremiados en la Asociación de Azucareros de Guatemala (Asazgua) donaron 500 bolsas con siete mil 500 libras de víveres para atender a los damnificados por las inundaciones en las comunidades de Sipacate.
Dentro de lo entregado hay agua y bolsas con alimentos que contienen cada una: tres libras de frijol, tres de arroz, una de sal, una de azúcar, cuatro de harina de maíz, tres de incaparina y una botella de aceite.