El gobernador Junior Salguero informó que se desconoce si existe una relación entre la actividad del coloso y el sismo, además, aseguró que están preparados con albergues para efectuar evacuaciones si fuera necesario.
“Siempre que ocurre un sismo fuertes el volcán se activa, en este caso ya tenía varios días de no hacer explosiones de gran magnitud, por lo que tenemos miedo de lo que pueda suceder, ya que en los últimos días los sismos se han incrementado, refirió el vecino Juan García.
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Coloso activo
El 14 de diciembre último el coloso, ubicado entre Chimaltenango, Escuintla y Sacatepéquez incrementó su actividad y se registraron de cuatro a seis explosiones por hora, informaron expertos del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh).
El 16 de diciembre último el Volcán de Fuego entró en una fase eruptiva en la que se registraron retumbos y flujos de lava, informó el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh).
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El informe detalla que se formó una columna de ceniza de unos siete mil metros sobre el nivel del mar, que se desplazó 30 kilómetros en dirección oeste y sureste.
Furia volcánica
Las comunidades de Escuintla, Sacatepéquez, Chimaltenango, Quetzaltenango y Retalhuleu, situadas en las faldas de los volcanes de Fuego, Santiaguito y Pacaya, permanecen en riesgo por la constante actividad de los colosos, por lo que pobladores temen que en algún momento ocurra una erupción de gran magnitud.
Para vecinos de poblados afectados, los volcanes son bombas de tiempo, cuyo momento de activación es desconocido, por lo tanto, los planes de prevención implementados por las autoridades podrían ser poco efectivos.
El Volcán de Fuego se encuentra entre Escuintla, Chimaltenango y Sacatepéquez en donde varias comunidades son afectadas cuando este incrementa su actividad.
De acuerdo con vecinos, más de 10 mil familias de nueve comunidades de Escuintla, que viven en las faldas del Volcán de Fuego corren el riesgo de quedar atrapadas al momento de una erupción fuerte, porque solo hay dos rutas de evacuación que por lo general permanecen en malas condiciones.
“No existen rutas de evacuación que estén en buen estado. Las calles son de terracería y en caso de una emergencia los cuerpos de socorro encontrarían dificultad para ingresar”, dijo el vecino Carlos Morales.
Para Ramón Vásquez, poblador de la aldea Ceylán, la calidad de la infraestructura es mínima y, por lo tanto, insuficiente para evitar un desastre.
“Lo que nos queda es esperar la voluntad de Dios, porque hemos pedido la construcción de puentes y la reparación de calles, pero las autoridades no han escuchado nuestra súplica”, afirmó.
Las comunidades que constantemente reciben los efectos de la actividad volcánica son La Rochela, Ceylán, Chuchu, San Andrés Ozuna, Guadalupe, El Zapote, La Trinidad y Don Pancho 1, 2, y 3, todas de la cabecera de Escuintla.
El mapa de riesgo es distinto para la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), cuyas cifras señalan que solo mil 500 familias —las más cercanas al volcán— corren peligro ante un evento de mayor intensidad.
“Tenemos dos rutas de evacuación, una hacia Siquinalá, que es la más accesible, y la otra hacia la cabecera. El primer lugar conduce a un campo utilizado por grupos de scouts, el cual serviría para albergar a unas cinco mil personas”, aseguró Junior Salguero, gobernador de Escuintla.
En Chimaltenango son siete las comunidades que resultan afectadas por la actividad volcánica, las cuales son Santa Sofía, Morelia, Panimaché 1 y 2, El Porvenir, Los Frutales y el caserío Sangre de Cristo, donde más de 30 mil personas sufren por la constante caída de material que expulsa el coloso, explicó Mario Ovalle, de la Unidad de Volcanes de la Conred.
El delegado departamental de la Conred en Chimaltenango, Aroldo Santelel, explicó que los vecinos de las comunidades en riesgo han aprendido a vivir con los retumbos, con la ceniza y arena que lanza el volcán, situación que toman como algo normal.
En Sacatepéquez, la actividad volcánica también afecta a dos comunidades. En febrero último se registró una potente erupción que obligó a las autoridades a decretar una alerta de prevención y cerrar el aeropuerto Internacional La Aurora por la lluvia de ceniza, que también afectó a Antigua Guatemala.
El Pacaya
En el 2010, una violenta erupción del Volcán de Pacaya dejó tres muertos y daños en cultivos de maíz y café, lo que motivó al Gobierno a decretar estado de Calamidad en Escuintla, Sacatepéquez y la capital.
David de León, vocero de la Conred, indicó que en caso de una erupción mayor del Volcán de Pacaya se habilitaría un albergue en el salón comunal de San Vicente Pacaya, Escuintla.
En Quetzaltenango y Retalhuleu, vecinos de 16 comunidades que rodean el volcán Santiaguito viven en incertidumbre, debido a la actividad del coloso, según reportes del Insivumeh
El mayor temor de los pobladores es que ocurra una explosión de gran magnitud, y la probabilidad de morir o perder sus cosechas y pertenencias, pero a pesar de eso, los lugareños conviven con sismos y fumarolas del volcán, que ocurren a diario.
Entre las comunidades más afectadas por el volcán se encuentran Monte Margarita, El Tineco, Nueva Esperanza, Miralta, San Antonio Buena Vista y Proyecto San José.
“Sabemos del riesgo que corremos al vivir cerca del volcán, pero no tenemos otro lugar a dónde ir, además nuestras familias han vivido aquí por muchos años y esperamos que nunca ocurra algo malo”, expresó José Sarat, vecino de la aldea Loma Linda.