“Vine hace tres años de Quiché (de Santa María Nebaj) junto a mi primo. Alquilamos un cuarto cerca de la Terminal y todas las mañanas salimos a vender nuestro producto. Para hacerlo caminamos bastante”, explicó Esteban.
Los comerciantes ambulantes suelen deambular en calles y avenidas en las que transitan cientos de vehículos. La zona 9 capitalina es uno de esos sectores. Pero también corren el riesgo de que su producto sea decomisado por agentes puesto que la actividad está restringida por la comuna.
Los automóviles disminuyen la velocidad cuando el semáforo les marca el alto en la 5a. calle y 7a. avenida, zona 9, y de pronto dos niños salen de entre los arbustos y ofrecen alcancías plásticas.
“No me molesta que vendan y ofrezcan productos, pero sí me da mucha pena que los niños tengan que trabajar. Además, sé que está prohibido que vendan pero molesta ver cuando los agentes de la municipalidad les quitan sus productos, son sentimientos encontrados. Por una parte quieres que ganen dinero, pero por ser niños deberían de estar en la escuela”, expuso Óscar Fernández Matías, automovilista.
Los dos menores continúan vendiendo alcancías, algunos conductores se interesan en el producto porque tienen el diseño de Mario Bros. En una hora los niños pudieron vendieron cinco alcancías a Q15 cada una.
Siguen ofreciendo los productos y de repente corren hacia el arriate central de la 5a. calle, se esconden de un policía municipal que les advirtió que ya les ha advertido de que está prohibido vender en el sector.
Reglamento
La municipalidad ha divulgado en reiteradas ocasiones que está prohibido colocar ventas en el paso peatonal. La restricción está reglamentada en la Ley de Tránsito, decreto 132-96.
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En el artículo 23 y 24 de la legislación se determina que la vía pública es para uso del “tránsito de vehículos y personas”, además se faculta a las autoridades a “retirar cosas o vehículos”.
La comuna se ampara en la Ley para restringir estas ventas, por esa razón surgen los vendedores ambulantes.
Gerardo Oxlaj, uno de ellos, afirma: “Siempre ando vendiendo con mucha precaución porque los policías de la municipalidad me han quitado mis productos. Por eso cargo mi venta en una bolsa y cuando los veo -a los agentes- me voy corriendo, eso toca hacerlo a diario si quiero este trabajo”.
Los vendedores que andan de calle en calle continúan ofreciendo productos, mientras los agentes municipales siguen retirándolos, es una forma de convivencia entre la autoridad y la economía informal en la ciudad.
En el país la restricción al comercio informal empezó en la ciudad de Guatemala y se expandió en la última década a otros municipios, por lo que en la actualidad en la mayoría de ciudades los vendedores trabajan con cautela para evadir a las autoridades municipales.