Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), un estimado de 1 millón 208 mil personas mayores de 60 años viven en Guatemala. Aunque tienen prohibido salir, el gobierno ha señalado que no se les multará, pero para muchos seguir esta medida es imposible, pues viven del día a día, y ahora se preguntan de dónde obtendrán dinero para comer.
Un sastre, un vendedor de granizadas, una persona que pide limosna y dos que se dedican a vender tortillas no pueden quedarse en su casa, pese a la prohibición de locomoción debido a sus actividades. A ello se suma que ninguno podrá hacer mercado, pues les han prohibido el ingreso a estos por ser mayores de 60 años.
“Sastre de puerta en puerta”
Don Mario López Cortez, de 73 años, es un sastre que reside en la zona 18, sin embargo, ante la cancelación del transporte urbano, se ve en la necesidad de caminar desde su casa hasta la zona 2 o 1 tocando puertas para ofrecer costuras, ruedos o remiendos.
“Solo a morir viene, me dicen”
Juan Francisco Figueroa es un maestro de obra de albañilería, pero a sus 71 años ya nadie le da trabajo, por lo que ahora se dedica a la venta de granizadas.
“Salimos por necesidad”
Graciela Cano, de 70 años, vende huevos y tortillas en el Mercado Central. Ella empuja la silla de ruedas de su esposo que tiene 69 y pide limosna en el Paseo de la Sexta. No pueden quedarse en casa debido a que diariamente deben recaudar dinero para pagar el lugar donde viven y sus alimentos, a ello se suma que ahora por la falta de transporte público deben buscar la manera de movilizarse de la zona 1 a la zona 18 de la capital, donde residen.
“De qué voy a vivir, si no podré vender”
Margarita Pereira tiene 68 años y narra entre lágrimas que a partir de este lunes los agentes de la Policía Municipal le indicaron que ya no podrá ingresar a su negocio ubicado en el Mercado Central por la restricción, pero no sabe qué mas hará porque ella vive del día a día.