“Monseñor Gerardi trabajó principalmente por los derechos humanos y la búsqueda de la verdad“, declaró el arzobispo Gonzalo de Villa, durante una misa celebrada en honor a Gerardi en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de Guatemala, ante la presencia de unas 300 personas.
Posterior a la misa, religiosos, líderes sociales e indígenas encabezaron una caminata hacia la parroquia de San Sebastián, lugar donde el obispo fue atacado a golpes con un objeto contundente el 26 de abril de 1998.
Los participantes de la caminata portaron cruces de madera, claveles rojos y playeras blancas con el rostro de Gerardi impreso al frente.
Además, los seguidores de Gerardi denunciaron durante el recorrido que muchos de los crímenes cometidos durante el conflicto armado interno (1960-1996) por las fuerzas de seguridad del Estado guatemalteco siguen impunes.
A 25 años del crímen
Hace 25 años, Gerardi Conedera fue asesinado a escasos metros de su hogar y el crimen sucedió solo dos días después de haber publicado un informe titulado “Guatemala: Nunca Más” en el que se documentaban más de 54 mil violaciones a los derechos humanos durante la guerra civil guatemalteca.
El informe elaborado bajo la coordinación de Gerardi incluyó la identificación de autores de masacres y decenas de testimonios de las víctimas.
“Gerardi sigue vivo y este es un día para recordar que las fuerzas militares lo asesinaron para silenciarlo pero aún hay miles de familias exigiendo conocer el paradero de sus seres queridos desaparecidos”, declaró a EFE durante la caminata Rosalina Tuyuc, defensora de derechos humanos y sobreviviente del conflicto armado interno.
De acuerdo con el documento de Gerardi, más del 90 % de los delitos de lesa humanidad fueron cometidos por el Ejército de Guatemala, en un conflicto que dejó más de 200 mil muertos y al menos 45 mil desaparecidos.
Por el asesinato de Gerardi fueron condenados el sacerdote Mario Orantes y tres militares, en una sentencia en firme desde 2005: Byron Lima Estrada, Byron Lima Oliva y Obdulio Villanueva.