Ágape, palabra del griego que significa “amor de Dios”, surgió hace 41 años, en medio de las emergencias por el terremoto de 1976. Al principio asistieron a personas del área Ixil e Ixcán, Quiché, con el tiempo ampliaron sus servicios a lugares alejados de Petén e Izabal.
Por las condiciones topográficas del país, Ágape opera con dos avionetas monomotor, una Cessna 206 turbo y otra Cessna 185F, ambas capaces de aterrizar y despegar en pistas cortas no asfaltadas.
De acuerdo con la organización, sus pilotos cuentan con no menos de 500 horas de vuelo, entrenamiento riguroso en terreno montañoso y operación en aeropuertos especiales, con aproximaciones y despegues complejos.
Surge en el terremoto
Don Donalson, piloto aviador estadounidense certificado en Guatemala, fue el fundador de la organización, que ahora cuenta con 20 voluntarios activos y un grupo de colaboradores.
Ludin Reyes, voluntario de Ágape, manifestó que la organización se caracteriza por el traslado de enfermos y mujeres en estado de gestación que tienen complicaciones durante el parto, pero también han organizado programas de salud y educación.
Mario Guillén, otro voluntario, expuso que hay lugares que requieren 10 o más horas para llegar por tierra, en tanto que ellos, con la avioneta, lo hacen más rápido.
El costo de la operación, por hora de vuelo es de US$480 -unos Q3 mil 518-. Los beneficiarios aportan una donación por el servicio, aunque muchas veces no tienen capacidad económica y Ágape absorbe el valor completo.
La organización recibe ayuda del Aeroclub de Guatemala y donaciones de personas individuales e instituciones.
Salvaron su vida
Nehemías López, de Barillas, Huehuetenango, es uno de los beneficiados por Ágape. El 3 de julio del 2016 sufrió una apendicitis aguda. Su vida corría riesgo si era trasladado vía terrestre -siete horas de mal camino- y acudió a Ágape.
Voluntarios de la organización llegaron a auxiliarlo y en 45 minutos fue ingresado en el Hospital Nacional de San Marcos, donde lo atendieron los especialistas.
“Los de Ágape coordinaron con los bomberos mi llegada a la pista. Gracias a Dios todo salió bien. Agradezco a las personas que me ayudaron”, expresó.