Cristina Ramírez reside en la zona 8 capitalina y años atrás sacaba artículos o ropa en desuso y los regalaba; sin embargo, decidió ponerlos en venta frente al portón de su vivienda para obtener ingresos extra y ayudarse en la educación de sus hijos.
“He sacado a la venta ropa de mis hijos que ya no usan, algunos libros, juguetes, pantalones, blusas, lámparas y otros artículos que ya no utilizamos. La ropa está buena, pero mis hijos ya crecieron. Otros artículos no es que no sirvan, solo les faltan baterías o hay que comprarles piezas”, detalló.
Las ventas de garaje o baratillos se observan por lo general los fines de semana, incluso en algunos mercados. Muchas personas también compran artículos usados y los revenden.
Mario Méndez, residente en la colonia Tikal 2, zona 7, desde hace dos años instaló en el garaje de su vivienda una venta de artículos usados. Mientras conversa, manipula un vehículo a escala que nuevo costaría unos Q200 o Q300, pero él lo ofrece a Q80.
Según Méndez, su objetivo no es obtener grandes ganancias con el negocio, sino solo deshacerse de “manera útil” de muchas cosas que ya no usa su familia.
“Lo hago por distracción y por ayudar a familiares. Hay días en que no se vende nada, pero siempre mantengo abierto el negocio para los interesados. Mis sobrinas ya crecieron, a veces voy a su casa y me dan cosas para que las venda, pero no es que uno viva de esas ventas”, refirió.
“En ocasiones sí he pensado en traer ropa de Estados Unidos para venderla, estos negocios han trascendido y tienen aceptación, pero el secreto de su prosperidad es dar las cosas a buenos precios, de lo contrario no funciona”, dijo Méndez.
María Rosales dice tener un año de haber colocado una venta de ropa en la colonia Quinta Samayoa, zona 7, donde también ofrece mercadería nueva, aunque, según dice, no es fácil, ya que pasa al menos seis horas a la espera de que alguien compre algo.
“Vendo vestidos para niña y para adultas, ropa para bebé, es usada y a veces es de mi propia familia, especialmente de los niños. A veces uno piensa que son cosas que ya no sirven, pero hay otras personas que las necesitan. También lo hago para obtener algún dinero extra”, resaltó Rosales.
El analista en economía José Ramón Lam expresó que dentro de las investigaciones que se han efectuado, las ventas de garaje aún se encuentran en un parámetro demasiado bajo.
“Este tipo de ventas se ven especialmente en colonias, pero a pesar de que no representa mayores cambios en la economía informal, va en crecimiento, en comparación con el año pasado”, expresó.
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Lam precisó que este tipo de ventas de alguna manera están relacionadas con el alto costo de los productos básicos.
“La canasta básica se mantiene al alza, estas ventas de garaje son para generar recursos extras y suplir necesidades básicas, mucha gente toma esas pertenencias para transformarlas en activos líquidos”, puntualizó.
La Gremial de Comercio Electrónico de Guatemala (Grecom) calcula que los guatemaltecos compran US$560 millones —unos Q4 mil 196 millones— al año por internet, lo que facilita los negocios.
Las empresas nacionales que venden por medio de comercio electrónico facturan al año unos US$50 millones —unos Q374 millones—, según un estudio de Grecom.
Según ese monitoreo, en el país se detectaron unas 750 empresas en ese segmento, informó Juan José Castillo Castro, presidente de la gremial.
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Hay tres clasificaciones de productos que se demandan para el consumo como servicios, productos digitales y productos físicos.
Los más demandados en el mundo son artículos electrónicos, ropa, accesorios y regalos, y la misma tendencia se da en Guatemala, explicaron los directivos de Grecom.
En internet también se encuentran varias páginas en las que se comercializan artículos usados.
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