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Falta de acuerdos impide habilitación de ruta alterna entre San Miguel Petapa y la capital

Con el objetivo de disminuir los atascos entre San Miguel Petapa y la capital, vía Ciudad Real, la comuna petapense construyó una ruta de conexión de la zona 7 de ese municipio a la zona 21 capitalina; sin embargo, autoridades ediles de la ciudad de Guatemala se oponen a la habilitación de la obra.

La ruta alterna entre San Miguel Petapa y la zona 21 de la capital tiene un costo de Q4.9 millones, pero no se puede usar. (Foto Prensa Libre: Juan de Dios González)

La ruta alterna entre San Miguel Petapa y la zona 21 de la capital tiene un costo de Q4.9 millones, pero no se puede usar. (Foto Prensa Libre: Juan de Dios González)

Las diferencias entre las autoridades de San Miguel Petapa y de Guatemala deja inservible un paso vial de dos carriles,  de 252 metros de longitud y seis de ancho, en el que se invirtieron Q4.9 millones.


El proyecto de  la comuna petapense tuvo oposición de las autoridades de la capital desde que se empezó con el movimiento de tierra en el sector 1 de Prados de Villa Hermosa, debido a que consideran que la conexión vial no es factible por el tipo de ruta a la que se pretende conectar.

El director de obras de la Municipalidad de Guatemala, Álvaro Hugo Rodas, explicó que se impide la conectividad con justificación, porque el nuevo paso vial no es compatible con la infraestructura de la 23 calle y 7a. avenida, colonia Cerro Gordo, zona 21.

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“Se les dijo a las autoridades de Petapa que no hicieron eso —la conexión vial— porque iban a llegar a calles estrechas. Difícilmente pasan dos vehículos  y al introducir nuevo flujo vehicular colapsarían esas calles de Cerro Gordo. Adicionalmente, es ir a colapsar el bulevar de Nimajuyú”, argumentó.

Rodas recordó que desde que se propuso la obra se advirtió de que no era factible la conexión. “Ellos no tienen estudio vial ni ambiental. Adicional a eso, los vecinos no dejarán pasar ese flujo vial. Físicamente, la calle no aguanta y no hay viabilidad; no se va a autorizar”, expuso.

La calle a la que se pretende enlazar la nueva ruta es de cinco metros de ancho y la dificultad en el área de Cerro Gordo es que vecinos estacionan automóviles en la vía pública; además, para conectar hasta el bulevar principal de Nimajuyú se deben recorrer 700 metros.

La comuna capitalina, para evitar la habilitación de la ruta, construyó bolardos   en   su territorio. Esas estructuras impiden el paso de vehículos.

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La Municipalidad de San Miguel Petapa considera que la oposición a la conectividad responde al “individualismo” de la comuna de la capital. Además, la Dirección Municipal de Planificación  aseguró que tienen estudios de factibilidad del proyecto.

Otras objeciones

La comuna de San Miguel Petapa adjudicó la construcción del nuevo paso vial a la empresa Construcciones e Importaciones Exicasa, el 8 de septiembre del año pasado. La compañía cumplió con los requisitos que se requirieron.
Sin embargo, en el proceso de licitación que se publicó en Guatecompras se identificó la obra  como Mejoramiento Calle de Prados de Villa Hermosa hacia zona 21,   y en realidad se construyó un tramo vial.

Según las normas del Sistema Nacional de Inversión Pública, el mejoramiento lo define: “Acción que tiene por objetivo aumentar la capacidad o productividad de un servicio o bien existente y la calidad del servicio prestado, cambiando el estándar original”.

El experto en poder local, Eddy Cifuentes, explicó que el nombre del proyecto es un error común en el que incurren las municipalidades, pero lo que no consideró habitual fue que la inversión millonaria esté en riesgo de perderse.

“La municipalidad debió asegurarse de tener acceso a la capital, porque para eso está el diálogo político y también los estudios de movilidad; de eso se trata la planificación”, señaló.

Daños en viviendas

Residentes del sector 1 de Prados de Villa Hermosa, San Miguel Petapa, denunciaron que la construcción de la nueva ruta debilitó laderas y dejó en riesgo a varias familias. Un tramo de la   carretera se encuentra en un pequeño cerro junto a varias viviendas.

Norma Sánchez, propietaria de una de las casas afectadas,  relató: “Cuando comenzó a construirse el paso hubo desprendimiento de tierra que cayeron en mi cocina. La constructora  me alquiló otra casa para vivir, pero la mía está en riesgo”.

Vecinos afectados señalan que la comuna   no priorizó la protección de las viviendas. Además, dudan de que la ruta  funcione, ya que no les presentaron estudios de movilidad, aunque la municipalidad asegura que tiene análisis de factibilidad.

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