Ciudades
Mujeres rompen paradigmas y se desempeñan como ayudantes de albañil
Es común observar cuadrillas de hombres que trabajan en la construcción; sin embargo, en Mixco, un grupo de mujeres demuestra que no hay barreras, pues impulsadas por el deseo de sacar adelante a su familia han roto paradigmas y trabajan en la albañilería.
El apoyo de las mujeres es importante para ejecutar obras de desarrollo en Mixco. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González).
Cada una de estas guatemaltecas, la mayoría madres solteras, tiene una historia interesante y cuatro de ellas nos cuentan cómo la necesidad de llevar el sustento al hogar las ha motivado a hacer mezcla, estribos, columnas y pegar bloc o adoquín. Actualmente trabajan en la construcción de unos locales a un costado del parque central de Mixco.
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Sus manos están ásperas por el tipo de trabajo. Una pala, cemento, arena de río y otras herramientas y materiales las acompañan en su jornada laboral, a lo que se suman los fuertes rayos del sol, pero eso no impide que tengan una actitud positiva para trabajar y aprender más cada día.
Mientras prepara material para hacer mezcla, Rosa Angélica López Monroy, de 45 años, dijo que desde hace nueve meses trabaja como ayudante de albañil en las obras que ejecuta la Municipalidad de Mixco.
Con una gorra se protege de sol y afirma que tiene deseo de aprender más, pero sobre todo la fuerza física es importante, pues también ayudan a sus compañeros en las fundiciones.
“Es bonito el trabajo”, manifestó Rosa, quien luego refirió que es su primer empleo de este tipo. Tiene seis hijos y es madre soltera, pero afirma que eso no le ha impedido mostrar el valor que tiene la mujer en la sociedad.
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Observa a sus compañeras y agrega que ha luchado por sacarlos adelante, pues más que la albañilería al llegar cansada a casa debe desempeñar su rol de madre y ama de casa, aunque resalta que sus hijos la apoyan.
Dijo que muchas personas les dicen a ella y a sus compañeras que son mujeres valientes, pues se sienten a gusto con la labor en favor de mejorar la vida de los vecinos de municipio.
Cerca de Rosa está Marta Lidia Pérez López, 25, quien prepara arena de río para la mezcla. Mientras sujeta una pala recuerda que durante mucho tiempo pasó en busca de trabajo, pero no logró emplearse, por lo que aprovechó la oportunidad de trabajar en la construcción.
Apoyo para aprender
Afirmó que el apoyo de sus jefes y compañeros le ha ayudado a aprender el trabajo, pues recuerda que al principio le fue difícil, pero sus tres hijos son la motivación para luchar y ayudar económicamente a su esposo, quien también se dedica a la albañilería.
Suspira y con una voz entusiasta resalta que como madre se siente satisfecha cuando les sirve comida a sus hijos y les compra juguetes. “Lo he ganado con el sudor de mi frente”, manifestó.
Marta añadió que la armonía y la buena comunicación es importante en la familia y con sus compañeros de trabajo, pues estos nunca le han faltado el respeto.
Su rol de madre no se pierde, ya dijo que algunos días no durmió porque uno de sus hijos estuvo enfermo, pero su amor hacia a ellos no la detuvo para ir a trabajar.
El trabajo es constante, todos están concentrados y por momentos se escucha “pásame más arena”, “necesito más cemento” o “cómo vamos”, pues cada detalle tiene que quedar bien.
Entre el grupo también está Glendy Adanely Ordóñez, 25, desde hace nueve meses trabaja como ayudante de albañil. “Gracias a Dios me ha ido bien y hemos demostrado que las mujeres no somos débiles”, expresó mientras se compone la gorra que la protege del sol.
Comenzó sus estudios en Magisterio, pero debido a diversas situaciones abandonó la carrera y buscó empleo.
Es soltera y afirma que ayuda económicamente a su mamá, pues su motivación es saber que puede aportar al desarrollo del país. “Algunas personas me felicitan por este trabajo, en ocasiones me dicen que es un trabajo para hombres”, puntualizó Gledy, quien dijo que hay oportunidades para salir adelante.
A Glendy la acompaña Margarita Alvarado, 37, quien resaltó que es importante dar trabajos a las mujeres. Anteriormente se dedicaba a lavar ropa ajena u oficios domésticos.
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Margarita es madre soltera y tuvo cuatro hijos, quienes son su inspiración para trabajar y darles educación para enfrentar el futuro.
Agregó que sus hijos la comprenden y le sirven su cena cuando llega del trabajo. “Todas las mamás debemos luchar, nuestros hijos son una bendición de Dios. Demostremos que uno puede sacar adelante a sus hijos”, expresó Margarita, quien también se ocupa de los oficios de la casa.
Buen recurso humano
Henry Teneria Gómez, supervisor de campo del Departamento de Infraestructura de la comuna de Mixco, explicó que las mujeres desempeñan el puesto de ayudantes y han aprendido las medidas de material para que la mezcla quede perfecta.
Indicó que las mujeres han sido un excelente apoyo en las obras de construcción; además, tienen doble trabajo, ya que deben atender el hogar.
Según el supervisor, antes el machismo estaba muy arraigado y se pensaba que la mujer era para estar en la casa. “Ahora hay un poco más de igualdad y se les debe enseñar el trabajo, algunas saben hacer estribos y mezcla”, manifestó.
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Agregó que durante tres meses se les enseña a mejorar su trabajo, ya que también participan en distintas obras como la reparación de puentes.
Teneria dijo que todos los humanos tienen el mismo valor e indicó que las mujeres a su cargo son responsables, llegan 40 minutos antes de la hora de entrada y tienen el deseo de aprender.
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