“El servicio es variable, según el sector. Hay lugares que tienen agua dos o cinco horas al día y otros, más tiempo, pero es la disponibilidad de los pozos”, aseguró.
Siguí explicó que hay 44 pozos municipales en Villa Nueva, y 89 particulares en condominios, centros comerciales e industrias.
Según el funcionario, el problema afecta más en asentamientos como El Regalito de Dios y Bello Amanecer, donde no se cuenta con pozos y por eso se planifica un proyecto para este año.
Se secan
Siguí señaló que la cobertura del servicio de agua entubada ha crecido muy poco en los últimos años, debido a que todas las fuentes del líquido son pozos y estos han perdido su capacidad, posiblemente como un efecto del cambio climático.
“Se ha visto una reducción en el nivel de agua de los pozos y han perdido su capacidad de distribución. Uno de ellos es El Tabloncito, en el área urbana de Villa Nueva”, precisó.
Para muchos vecinos el problema de falta de agua no es nuevo y deben comprarla a empresas privadas.
Énder Casasola, vocero de la comuna, indicó que ahora se debe buscar agua a mayor profundidad, mientras que en años atrás se obtenía de afluentes naturales, más cerca de la superficie.
“El cambio climático es evidente. Antes se buscaba el agua a tan solo 800 pies de profundidad. Ahora se hace a más de mil”, informó.
Por grupo
En el asentamiento El Regalito de Dios, zona 8 de Villa Nueva, residen 72 familias, las que se dividieron en cuatro grupos para recibir agua de cuatro chorros, durante una hora, tres días a la semana.
El tiempo se reduce a solo unos minutos para que cada familia llene sus recipientes y toneles.
“En la hora que tenemos para recibir agua tenemos que pasar 18 personas. A mí solo me da tiempo para llenar un pila y la debemos racionar para que nos alcance”, refirió María Luisa Pérez.
Guadalupe Ramírez, vecina de ese mismo sector, indicó que cada familia paga entre Q15 y Q20 a la semana, ya que la cuota total se divide entre el grupo de quienes reciben el líquido.
La situación se ha tornado más difícil en los últimos meses, según los afectados, ya que durante la hora que reciben el agua el chorro es menor y toma más tiempo llenar los recipientes.
El acarreo de agua en ese asentamiento comienza desde las 23 horas. Algunos lo hacen en la madrugada, “cuando hay más presión en los chorros”, y otros más tarde, aunque cae en menor cantidad.
Meses atrás, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres recomendó a los residentes de este asentamiento abandonar el lugar, debido a que se considera vulnerable, porque se encuentra en la orilla de un barranco.