Figueroa manifestó que no es aconsejable matarlas, pues su papel como polinizadoras es clave en la naturaleza y en la economía.
“La mayoría de los alimentos que consumimos o muchas plantas que ofrecen servicios esenciales en los ecosistemas, no serían posibles sin la polinización de estos insectos, de ahí la importancia de protegerlas para que no se extingan”, refirió.
Casos
El socorrista comentó que el domingo último, cuatro personas, entre ellos un niño, resultaron con picaduras de abejas, luego de haber sido atacadas en sus viviendas en un sector de la aldea Chipotón.
Bomberos Municipales Departamentales de El Tejar, Chimaltenango, trasladaron al hospital a María Ofelia Sicajáu, de 39 años; Rosa Elvira Sicajáu Nój, 30; Manuel de Jesús Tesgualán, 25, y un niño de 5 años, con varias picaduras en distintas partes del cuerpo y una de ellas en estado crítico por ser alérgica a las picaduras.
El pasado sábado también resultaron varias personas con picaduras de abejas, en otro sector de esa misma aldea.
“Ese día las abejas picaron a varias gallinas, gallos, pollos y chompipes y mataron a 24. Cuando acudimos al lugar nos percatamos que los propietarios tenían dos cajas con abejas en su vivienda”, refirió Roberto Rasbot, socorrista.
Manifestó que la labor fue difícil, ya que cuando llegaron al lugar miles de abejas estaban alborotadas por lo que tuvieron que regar agua en varios ambientes para matar a las abejas, y evitar que más aves y personas fueran picadas.
“Durante la labor nos picaron algunas, pero tuvimos que soportar el dolor y seguir con el trabajo, ya que se pretendía evitar que se extendieran a las casas aledañas”, explicó Rasbot.
El propietario de la vivienda donde estaban las colmenas, comentó que estas estaban en un árbol y a la par creció uno de güisquil, y cuando su esposa cortaba güisquiles algunos cayeron sobre las cajas y fue lo que originó que las abejas se asustaran y se alborotaran.