La atractiva obra navideña se exhibe en la colonia El Mirador, zona 1 de Huehuetenango, hasta donde llegan católicos de diferentes partes del país y extranjeros para observar el Belén que está compuesto por tres mil piezas entre pastores, ovejas, animales, plazas donde se representan las procesiones en la Cuaresma, el Baile de Moros, las posadas, los mercados, entre otros escenarios guatemaltecos.
Este año el centro de atención del nacimiento de los Castillo Rivas y Castillo López es una gruta donde colocaron las imágenes de José y María, el Niño Dios será colocado a la medianoche del 24 de diciembre para completar el Misterio, a los costado de gruta fueren colocadas fogatas y granos de maíz y frijol, que son básicos en la alimentación de los guatemaltecos.
Para José, elaborar esta obra de arte forma parte de una tradición familiar heredada por generaciones. “Todos hemos pasado por este proyecto, una vez lo hicieron mis padres y mi hermano, ahora me toca a mí acompañar al abuelo porque esto nos une como familia”, comentó
Agregó que construir el Belén a la par de su abuelo es un legado que asume con responsabilidad. “Mi abuelo me cuenta historias de las figuras de cómo las adquirió y el significado emocional que tienen”, detalló.
Legado familiar
Julio Castillo Rivas artífice del nacimiento explicó que cada año hacen un ante proyecto, en octubre arrancó la elaboración del actual, el cual es un gusto para la familia. “Mi familia gusta de hacer nacimientos; mi tía Zenobia en la sexta avenida –de Huehuetenango– construía un nacimiento que se apreciaba desde la calle”, expresó Castillo Rivas.
Recordó que sus padres construían un nacimiento de tres pisos, Castillo Rivas cuando se casó, hace 54 años, continuó con la tradición que aprendió desde niño y considera que sus nacimientos son obras de arte por lo minucioso y el toque artístico en cada elaboración.
La vivienda de Julio Castillo cuenta con un ambiente dedicado exclusivamente para armar el nacimiento, es donde actualmente se exhibe. “Aquí se pueden encontrar montañas, ríos procesiones y muchas áreas de la sincretismo del guatemalteco; para vivir esta experiencia hay que tener tiempo y ser meticuloso para viajar por Guatemala”, indicó.
Costo emocional
Para la familia, el Belén que cada año elaboran no tiene un precio, ellos gustan que vecinos, familiares y turistas lleguen a observar la obra, “es una satisfacción familiar”, comentaron.
Los Castillo envían un mensaje de paz y tranquilidad a las personas que los visiten durante la Navidad. El nacimiento lo retiran el 2 de febrero de cada año, día de la Virgen de Candelaria.
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