Ciudades

Emprendedoras de zonas rurales luchan para ser exitosas y mejorar sus estilo de vida

Mujeres de Huehuetenango cuentan como han incursionado en el mercado laboral, gracias al empeño y cursos que las han motivado a ser emprendedoras y cambiar su estilo de vida.

Un grupo de participantes en los cursos se capacita en la preparación de alimentos. (Foto Prensa Libre: Mike Castillo).

Un grupo de participantes en los cursos se capacita en la preparación de alimentos. (Foto Prensa Libre: Mike Castillo).

Una de ellas es Lucía Rivas, de 57 años, originaria de Ocubilá, Huehuetenango, quien desde enero de este año participa en un curso de corte y confección que imparte la Oficina Municipal de la Mujer, donde ha aprendido a confeccionar prendas para contribuir en la economía familiar.


Rivas tiene su miniempresa, donde arregla, elabora y confecciona prendas. Dijo que su deseo por cumplir sus sueños la motivó a capacitarse, actividad que comparte con sus ocupaciones de madre, pues tiene seis hijos jóvenes.

Según la presidenta de la Dirección Municipal de la Mujer, Liliana Arreaga, Lucía es una de las 500 mujeres que una vez por semana acuden a recibir clases de corte y confección, repostería, cultora de belleza, manualidades y computación, oficios con los que pueden cambiar su estilo de vida.

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Agregó que la comuna brinda los cursos con el objetivo de que la mayoría tenga la oportunidad de convertirse en empresarias. “Aquí capacitamos a las mujeres y muchas han salido para fundar su negocio propio”, dijo.

Emelyn Arana, otras de las beneficiarias, explicó que el interés de aprender nuevas tecnologías e innovar en el arte culinario, le ha dado una alternativa para formarse en algunas especialidades y ser emprendedora.

Mercado complicado

“El mercado es muy complicado, pero al hacer cosas innovadoras podemos ofertar nuestros productos en redes sociales o el comercio formal”, señaló.

Arana explicó que cada curso tiene sus particularidades, y que el interés que cada mujer pone en el proceso de formación define el éxito de las pequeñas empresas que surgen. “No se trata solo de recibir un curso, pues para generar los cambios se debe emprender un negocio”, añadió.

Explican su objetivo

Maricela Gaspar Francisco es originaria de San Sebastián Coatán, viaja cuatro horas un día por semana, para capacitarse, pues su meta es abrir una panadería, ya que en su municipio no hay ese tipo de negocios.

Agregó que aprendió a elaborar pasteles y variedad de pan. “Es una oportunidad para mí, es un gran sacrificio tomar este curso, pero creo que es una alternativa que puede abrirme campo en un negocio”, afirmó.

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Gaspar señaló que ya ha entregado pasteles para celebraciones de cumpleaños, bautizos y bodas en su pueblo y con el dinero de las ventas logra pagar el viaje a Huehuetenango para participar en el curso.

Karen Delgado, otra beneficiaria, dijo que aprendió el oficio de cultora de belleza y que en un futuro piensa abrir su propio salón de belleza.

“La consistencia, quererse uno mismo y reconocer que se tiene la capacidad son claves para poder tener éxito”, refirió.
Landy Rivas, directora de la OMM, asegura que hay casos en los cuales sus alumnas han creado su propio negocio como pastelerías, piñaterías y salones de belleza.

“Es gratificante darnos cuenta de que las señoras no se quedan solo con aprender, pues han emprendido un negocio y eso nos complace, porque ellas son generadoras de recursos para su economía”, dijo.

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