En el campamento había agentes de seguridad privada, quienes alertaron a las autoridades y se refugiaron para evitar enfrentamientos con la turba.
La empresa denunció que teme que este grupo, que está armado con machetes y otro tipo de armas, pueda atentar contra los colaboradores, contra las instalaciones y contra una finca vecina.
Señaló que ese grupo amenaza con usar la fuerza contra la compañía, el Ejército y la Policía Nacional Civil (PNC) si la primera no se retira de aquella región, a lo cual respondió que aboga por el diálogo y rechaza cualquier expresión de violencia.
La PNC informó que el grupo ocasionó los disturbios luego de que el jefe policial Óscar Fernando Tzapinel se negara a la exigencia de dirigentes locales para que firmara un acta a fin de que los uniformados y el proyecto hidroeléctrico abandonen Ixquisis.
En horas de la noche la Policía aseguró que tenía el control de la situación; pero las cleses fueron suspendidas en la comunidad.
Un reporte policial detalla que aquella región cuenta con 82 agentes, cuatro subinspectores y tres inspectores.
Inconformidad
El pasado 17 de enero un grupo manifestó su oposición por el proyecto y hubo intervención de la PNC. En esa ocasión murió una persona, Santiago Alonzo, quien falleció por arma de fuego.
Ante esa acción, los inconformes causaron destrozos en las instalaciones del proyecto hidroeléctrico y quemaron la maquinaria por primera vez.
En este entonces, personal de la Comisión Presidencial de Derechos Humanos dialogó con líderes comunitarios vía telefónica, para calmar la situación.