Por Edwin Pitán
Un recorrido por ese lugar, sin detenerse, puede hacerse en unos 20 minutos, pero eso es imposible, ya que en cada esquina se encuentran personalidades que ofrecen sus llamativos productos y las paradas son casi obligatorias.
En ese lugar, los visitantes tienen la oportunidad de ver como los guatemaltecos se las ingenian para ganarse la vida; por ejemplo, pintando retratos con lápiz, haciendo pintacaritas, artesanías en madera y trenzados de cabello. Cada una de esas actividades tiene su grado de complejidad, pero sus creadores hacen su mejor esfuerzo para que sus clientes se vayan satisfechos.
Por Henry Pocasangre
Irrael Miranda ofrece, de miércoles a domingo, retratos hechos con lápiz y crayón, con lo que se gana la vida desde hace varios años. Cada retrato lo vende en unos Q35.
“Esta es mi fuente de ingresos y gracias a Dios cuento con talento para pintar, pues con lo que vendo puedo subsistir”, comentó Miranda, quien dijo que sus principales clientes son los jóvenes.
Agregó que no todos los días son buenos para su negocio, pero ha aprendido que no siempre se gana, por lo que innova en su trabajo.
Otro caso es el del payaso “Zancudito Show”, quien durante los últimos ocho años se ha dedicado a pintar el rostro de niños, por Q10, en el Paseo de la Sexta.
Agregó que, aparte de ser su principal fuente de ingresos, también es una forma de dar a conocer su arte, el cual, además, es bien recibido por los niños.
El payaso señaló que además de menores también tiene algunos clientes adultos, quienes en oportunidades le piden que les pinte la bandera de algún país.
Ingenio y creatividad invaden el Paseo de la Sexta https://t.co/LvC9ev28mV pic.twitter.com/rcjvGCNT78
— César Pérez (@Cperezm_pl) May 6, 2017
Ana Morales, originaria de Barberena, Santa Rosa, dijo que aprovechó que llevó a su hija, Brithany Cruz Morales, de 4 años, a una consulta médica, para pasear por la sexta. En su trayecto se encontraron a “Zancudito Show”, a quien le solicitó un pintacarita para la pequeña.
Carlos Humberto Lara cuanta que anteriormente vendía discos piratas, pero que debido a que eso es ilegal aprendió el oficio que durante más de 50 años desempeñó su padre, el arte en alambre.
Lara se instala todos los días en el Paseo de la Sexta, donde vende gran variedad de artículos elaborados con alambres de diferente grosor y color.
Entre sus creaciones destacan las motocicletas y bicicletas, las cuales vende por no más de Q35.
Añadió que con el paso de los años ha adquirido la habilidad de elaborar artículos en tan solo cinco minutos. Explicó que su misión es complacer a sus clientes, por lo que siempre está dispuesto a superar los retos que estos le llevan.
Otra actividad que tiene gran demanda, principalmente entre los jóvenes, son los tatuajes temporales, por lo que a lo largo del Paseo se observan varios puestos de ese tipo.
Tatuajes temporales
Vidal Marroquín, tatuador, comentó que utiliza una tinta especial y que para tallar las figuras usa un palillo de madera. Agregó que cada tatuaje dura entre 10 y 15 días y cuyo precio varía según el tamaño y diseño, pero oscila entre Q10 y Q75.
Cristian Santos tiene otra forma de ganarse la vida: elabora rostros en madera, los cuales vende a lo largo del Paseo de la Sexta, pero asegura que la mayoría de estos los hace bajo pedido.
Además, aprovecha los restos de la madera que utiliza y los transforma en llaveros. Un rostro en madera puede llegar a costar Q75; sin embargo, ese precio puede incrementarse según la complejidad del trabajo.
Pero en ese lugar no solo los guatemaltecos buscan agenciarse de fondos, tal es el caso de Cristian Sánchez Vigil, un hondureño que emigró de su país desde hace ocho años, quien se dedica a pintar con aerosol frente al Ministerio de Gobernación, donde cada día reúne a decenas de personas que observan la facilidad con la que da forma a sus creaciones.
Añadió que para que sus clientes se lleven algo bueno estudió en la Escuela de Arte de la zona 1, donde aprendió técnicas que ahora le permiten ser un profesional.
“Hay días buenos, pero otros son complicados, pero al menos sale para la comida”, dijo Sánchez, quien elabora entre 15 y 20 pinturas por día, las cuales vende por Q35 cada una.
Frente al parque Enrique Gómez Carrillo, conocido también como parque Concordia, es común encontrar a grupos de mujeres de Lívingston, Izabal, quienes durante años han ofrecido sus servicios de trenzado de cabello.
“Aquí hay muchas personas que se dedican a esta actividad desde hace más de 20 años”, comentó Karina Bengochea.
Añadió que ofrecen varios servicios para el cabello, pero que se especializan en trenzar y colocar extensiones.
Por Radacción
Comentó que es un trabajo complicado, por lo que por cada trenza simple cobra Q2, y con extensiones, Q10. En total, un cliente puede llegar a pagar hasta Q800.
Agregó que por lo general se debe trabajar en pareja, por lo que las ganancias son compartidas.
Por Edwin Pitán
Émely Castillo Flores también se dedica a esa actividad y asegura que gracias a su esfuerzo sus clientes siempre se van satisfechos con su trabajo.
Como Castillo, miles de guatemaltecos dependen de la informalidad, debido a la escasez de fuentes de empleo, por lo que buscan alternativas que les permitan sacar adelante a sus familias.