La conmemoración empezó con una peregrinación por las calles de Quiriguá, Los Amates, hacia la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, donde ofrecían su servicio los beatos cuando vivieron su martirio y fueron asesinados en julio de 1981.
Su camino a la beatificación fue un caso por odio a la fe, pues los mártires defendían a los desposeídos que eran afectados por los conflictos de tierra en el departamento; además, del conflicto armado interno.
Monseñor Domingo Buezo, obispo del Vicariato Apostólico de Izabal, dijo que la conmemoración se vivió con alegría y fe de todos los feligreses y resaltó que hace un año fueron proclamados dos mártires que dieron en vida mucho apoyo a quien lo necesitaba y conforme pasa el tiempo la memoria de su legado se mantiene.
Agregó que el amor y la devoción hacia los beatos va en ascenso y aunque no se tiene prisa para llegar a la canonización, se espera que un día ocurra por medio de un milagro por su intersección, pero detalló que por ahora hay que vivir su presencia para que anime el valor por el trabajo y la justicia.
“Aprendamos a reconocer la gracia de Dios en nosotros, debemos hacer las obras buenas, la vida de los beatos Tulio y Obdulio es un ejemplo como debemos ser, entregarnos al servicio de los demás”, añadió el obispo.
Por su parte Fray Héctor Balmaceda, expresó que al menos 400 personas participaron de la ceremonia religiosa, donde con devoción se conmemoró el ascenso a los altares del primer laico guatemalteco.
“El Beato Obdulio Arroyo es un orgullo para Guatemala, de momento es el único laico elevado a los altares, una bendición de Dios”, agregó.
“Son sentimientos de alegría los que vivimos como familia, muchas personas de diversos puntos del país visitan el museo donde descansan los restos de mi hermano, que algún día será canonizado”, exteriorizo Alba Luz Arroyo Navarro, hermana del beato Obdulio Arroyo.
Museo de las reliquias
En Quiriguá se encuentra un museo con las reliquias de los beatos, donde descansan sus restos, el cual ha sido visitado por miles de personas durante el primer año de beatificación de los mártires.
Cesar Hernández, delgado de medios del Vicariato Apostólico de Izabal, explicó que el lugar se encuentra abierto al público en general para que puedan conocer más sobre la vida de los beatos.
Hernández indicó que en el lugar se encuentran objetos, prendas del sacerdote y el laico, una galería fotográfica con los momentos en vida de ambos y una capilla de oración, donde descansan los restos de los mártires.
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“El ingreso es gratuito y es una oportunidad también para quienes visitan el sitio arqueológico Quiriguá de pasar un momento y conocer la historia de los beatos que son un emblema de Izabal”, añadió.
“La importancia de contar con beatos en Izabal es tener el ejemplo de quienes han dado su vida por los demás, como un día lo hizo Jesucristo por nosotros, estas tierras han sido testigos ocultos de la fe, por los conflictos agrarios”, manifestó Enrique Caceres, laico.
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