“Cuando el alcalde andaba en campaña se reunió varias veces con nosotros para pedir que lo apoyáramos en su candidatura. Le propusimos que votaríamos por él a cambio que no nos retirara de las calles”, dijo Arminda Gudiel, una de las vendedoras afectadas.
“No intentemos por qué ahora intenta desalojarnos y quitarnos la única forma que tenemos de ganarnos la vida. No somos delincuentes, pedimos que nos dejen trabajar en paz. Nuestras familias sobreviven por nuestros negocios”, añadió Gudiel.
Gerson Mateo, otro de los comerciantes inconformes dijo que las autoridades municipales justifican el desalojo con el argumento de querer dejar libres las calles alrededor del mercado.
Mateo aseguró que las ventas no causan problemas en el área, pues no es residencial y alrededor del mercado solo hay negocios y bodegas, por lo que las actividades comerciales de los vendedores no han causado congestionamiento de vehículos en más de 20 años.
“No comprendemos por qué el alcalde Edwin Castillo está realizando una persecución contra nosotros. En febrero nos reunimos y llegamos a un acuerdo en el que nos responsabilizamos en dejar las calles limpias”, añadió Mateo.
Aparte, el vocero municipal, Luis Recinos, dijo que durante muchos años ha habido desorden en las calles de la cabecera, debido a que los comerciantes colocan las ventas en donde quieren, sin respetar los espacios peatonales.
“Ya se han producido dos casos de mujeres de la tercera edad que han sufrido accidentes, porque las aceras estaban ocupadas por ventas informales. Esta semana se efectuará una reunión entre el Concejo y los comerciantes, para negociar una salida a este conflicto”, afirmó Recinos.