“La municipalidad, su única participación será que, como un proyecto de esta naturaleza, tendrá que ver con las acometidas de agua, con los contadores de energía eléctrica y tendrá que ver, pero no ahorita, sino en el futuro, con la administración de ese mezanine”, expuso Flores.
El concejal reiteró que la ampliación del mercado no es impulsada por la comuna: “Es un proyecto privado en cuanto a su construcción, aparentemente entre los mismos inquilinos decidieron ponerse de acuerdo para construir ese mezanine.
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Obviamente un proyecto constructivo, como cualquier otro en la ciudad, necesita alguna intervención y autorización municipal, aunque sea privado”.
Dudas
La discusión en la sesión del Concejo comenzó porque la concejal Rosa María Botrán preguntó al alcalde Álvaro Arzú por la situación del proyecto. Arzú no dio explicación alguna y cedió la palabra a Flores.
Para Botrán las respuestas fueron escuetas y no aclararon la responsabilidad de la Alcaldía en la construcción.
“Como que de alguna manera quisieron desligarse —la Alcaldía— de la situación diciendo que es una obra privada; sin embargo, eso está construyéndose en propiedad municipal”, señaló Botrán.
Treinta personas financiaron la primera fase de la ampliación del mercado, para la cual aportaron Q7 millones. Desde hace tres años la obra no ha avanzado y algunos creen que el dinero se perdió, otro grupo confía en que el Banco de Desarrollo Rural, S.A. querrá financiar la obra inconclusa.
El proyecto comenzó en el 2012, a través de inquilinos y delegados de la Dirección de Mercados de la comuna. En el 2014, la construcción avanzaba porque se construyeron 90 zapatas y se instalaron tuberías para drenajes.
Los trabajos los efectuó la empresa DVM, que está a cargo del proyecto. Se calcula que ya se invirtieron Q5 millones.
La empresa Aceros Prefabricados, S. A. (Apsa) recibió Q1.4 millones en el 2014 para continuar el proyecto, pero necesita más recursos.
Luego de esos trabajos se detuvo la construcción. José Guadalupe Morales, presidente del Comité de Inquilinos del Sector 30 de El Guarda, explicó que la paralización comenzó por la oposición de comerciantes que venden en la calle aledaña al mercado, quienes pensaron que los locales se construirían para ellos.
Flores explicó que en un mes podría asegurarse, con el banco, la continuidad del proyecto.