Allí, donde también viven unos 3 mil tipos de árboles y más de 500 especies animales, habitan las estructuras calizas que dan forma a por lo menos 964 asentamientos arqueológicos que permanecen soterrados por la expansión del mundo y su naturaleza.
Hablar de estos edificios en ruinas y ocultos bajo la tierra nos llevaría a entender lo que ocurrió hace más de dos mil años en el norte del país cuando se desarrolló el periodo maya preclásico.
Los habitantes de aquel tiempo (comprendido entre el 1000 a.C. y el 150 d.C.) erigieron en la cuenca El Mirador-Calakmul las ciudades y los pueblos de la megápolis más significativa en la cultura maya.
Por primera vez, y luego de siete años de investigación por parte del Proyecto Cuenca Mirador y el Consorcio de Investigadores de Universidades Nacionales e Internacionales, se ha dado a conocer cómo fueron ordenadas tanto las estructuras como las principales vías de comunicación en la mencionada megápolis.
A partir de la investigación se encontraron 775 asentamientos mayas antiguos dentro de la cuenca kárstica Mirador-Calakmul y más de 189 sitios que formaban ciudades, pueblos y aldeas en la zona circundante de la cuenca.
El estudio elaborado por el arqueólogo estadounidense Richard Hansen y otros siete investigadores, explica que los asentamientos son agrupaciones arquitectónicas, y cuando un grupo de asentamientos se conecta a través de calzadas en una demarcación donde hay embalses o pantanos, podría ser un sitio.
Un solo asentamiento también puede entenderse como un sitio, pero esto dependerá de la cantidad de arquitectura pública o residencial y de la volumetría del relleno en la construcción.
Cuenca el Mirador Mirador-Calakmul nuevos sitios arqueológicos
Según apuntan los datos de la investigación realizada por Hansen junto a colegas estadounidenses y guatemaltecos, las calzadas en los asentamientos y sitios del Mirador se extienden por más de 177 kilómetros, tienen 40 metros de ancho y se elevan a cinco metros sobre el nivel del suelo.
Los hasta ahora identificados 964 sitios arqueológicos en El Mirador-Calakmul se distribuyen en un 85.8 por ciento del territorio guatemalteco de la cuenca (la mitad se ubica en Campeche, México).
“Estos hallazgos en el Mirador son impactantes porque los sitios estaban vinculados por calzadas que dan forma a una red unificadora de ciudades que no habíamos visto antes. Este es el estudio de asentamientos mayas más grande que se ha publicado”, cuenta Richard Hansen aún al calor de la recién publicada investigación el pasado 5 de diciembre del 2022 en la Cambridge University Press.
Un láser sobre la selva
Para llegar a estas conclusiones, el equipo de Hansen se ha valido de una inmensa recopilación de datos que inició en 2015. De esa cuenta han revelado una serie de imágenes infrarrojas que muestran cómo permanecen distribuidos bajo del suelo los más de 900 asentamientos y sitios arqueológicos en la cuenca.
Los registros han sido posibles gracias al uso de la tecnología satelital y LiDAR (Light Detection and Ranging). Esta última consiste en un dispositivo que determina la distancia desde un emisor láser a una superficie, y a partir del cual se detecta y registra información.
Desde 2015 se han realizado escaneos aéreos a gran escala sobre la selva. En total se cubrieron mil 703 kilómetros cuadrados mientras el LiDAR mapeaba la zona desde un avión.
“El LiDAR es un sistema que lanza cerca de 560 mil puntos de luz por segundo. El láser regresa al dispositivo y nos permite penetrar la vegetación, pero lo más importante es que logra llegar hasta el suelo donde está la información que necesitamos”, explica Richard.
El arqueólogo amplía que en la selva donde se han realizado las exploraciones tan solo los árboles cuentan con una altura de 30 metros, por lo que sorprende la capacidad de penetración del LiDAR, el cual ha logrado detectar las estructuras que se encuentran por debajo de la superficie general.
Según comenta Hansen, a la fecha se han realizado 159 horas de vuelo para esta investigación y los vuelos han sido autorizados por el Ministerio de Cultura y Deportes, el Instituto de Antropología e Historia de Guatemala y las autoridades de aviación.
Imperio sepultado
La investigación apunta que los hallazgos de los sitios y los asentamientos explicarían la influencia de la arquitectura en la expansión social, política y económica de los mayas asentados en El Mirador durante el preclásico tardío y el medio.
“Aún estamos contando pirámides, pero calculamos que son más de 10 mil. Creemos que los habitantes del Mirador formaron uno de los primeros estados del continente”, comparte Hansen.
El arqueólogo señala que las estructuras detectadas cuentan con un relleno de piedra, lodo y cal. Sus materiales eran sacados de canteras de “miles y hasta millones de metros cúbicos” y eran ensamblados por un aproximado de 3 mil personas.
Varios de los edificios contaban con terrazas en donde se aprovechaba el lodo y donde se cultivaba maíz, calabaza, frijol, algodón, palma, cacao, entre otras especies.
Las investigaciones en el área apuntan que los pobladores también lograron desarrollar sistemas de cultivo de animales como con perros y tortugas.
“Encontramos corrales de piedra con murales de hasta 40 metros de largo y con metro y medio de ancho. Alimentaban a los perros y las tortugas de forma industrial” cuenta Hansen.