La gran ciudad
Richard Hansen, director del proyecto arqueológico Cuenca El Mirador, admitió su admiración por la ciudad, la que estudia desde hace 36 años. “Todo es impresionante. No existe otra cultura como la de los mayas”, expresó el arqueólogo estadounidense.
Por su difícil acceso, cada año solo la visitan unos tres mil turistas.
El templo La Danta, principal edificación en El Mirador, tiene 72 metros de altura. La base es de 300 metros de ancho por 600 de largo. Para alcanzar la cúspide fueron instaladas 257 escalinatas divididas en tres partes.
El Mirador se encuentra al norte de San Andrés, a unos 140 km de Ciudad Flores. Se puede llegar vía terrestre y aérea.
El Circuito Mirador lo conforman las ciudades Nakbé, La Florida y El Tintal. Es cuatro veces más grande que Tikal y se cree que cuenta con más de cuatro mil pirámides.
El friso que representa a los héroes gemelos del Popol Vuh, Hunapú e Ixbalanqué, una pieza preciada hallada en el lugar que fue construida unos 300 años antes de Cristo.
El diámetro del friso es de unos cuatro metros de largo y tres de alto, y fue construido en piedra caliza y estuco —retocado con cal fina—.
El arqueólogo Richard Hansen, director de la Cuenca El Mirador, refirió que en ese lugar se inició la cultura maya, ya que los hallazgos datan del período Preclásico.“Quedarán sorprendidos”
La ciudad tiene tres sectores que se conectan a una red de calzadas, que permitió la comunicación entre poblaciones, Cuenta con 35 conjuntos de patrón triádico —edificaciones de tipo acrópolis—.
Además de El Tigre y La Danta, en el lugar también destacan las edificaciones conocidas como Los Monos y La Acrópolis, las que conectan con los suburbios de los grupos Los Faisanes, La Muerta y Los Cruces.
En el Preclásico Tardío, entre los años 250 y 200 antes de Cristo, la zona alcanzó su mayor apogeo, y El Mirador se convirtió en el centro político más importante del área, que ejercía control sobre los sitios Nakbé, Tintal, Wakna, Xulnal y Calakmul, explicó Hansen.
Añadió que se tiene clara evidencia de ocupación desde mil años antes de Cristo, pero que colapsó 150 años antes de la nueva era, cuando Tikal empezó a florecer.
“Es por ello que El Mirador es el primer sistema político de las Américas que posee los sitios más grandes en volumen del hemisferio, y por eso se le conoce como la cuna de la cultura maya”, refirió.
Descubrimiento
Édgar Suyuc Ley, subdirector del proyecto Cuenca Mirador, relató que la ciudad fue vista vía área en 1930 por dos mexicanos, que habrían salido de Campeche hacia Chetumal, México. Al principio creyeron que eran volcanes. En 1962 el arqueólogo británico Ian Graham empezó las investigaciones y en 1967 reveló el primer mapa del lugar.
Añadió que a la fecha se han investigado 51 ciudades y que se construyó un radar que ha permitido identificar a El Mirador como la única joya arqueológica a escala mundial, en la cual se han encontrado estelas, mascarones y el friso de Los Héroes Gemelos del Popol Vuh —Hunahpú y Ixbalanqué—.
El hallazgo más importante son los vasos preclásicos localizados en la estructura 34 por Hansen en enero de 1979, que junto a las estructuras ayudaron a orientar a los estudiosos para determinar el modelo evolutivo de los mayas.
En el lugar hay varias estructuras triádicas, que consisten en una plataforma que soporta tres pirámides; una principal y dos menores, emplazadas en ángulo recto con respecto de la pirámide central y forman entre si una especie de plaza.
Importancia
Suyuc señaló que efectúan excavaciones e investigaciones en las principales ciudades mayas, que incluye un circuito compuesto por los sitios con mayor número de monumentos en el área: El Mirador, Tintal y Nakbé, como áreas secundarias de La Florida, Wuakná y El Nabaj.
Ivo Romero Zetina, arqueólogo de Petén, califica a El Mirador como una de las ciudades más sobresalientes del reino Kan, y por lo tanto, la más importante de la cosmovisión maya, formada por varias ciudades y asentamientos rurales, organizados bajo el mando de la Dinastía de la Serpiente —Kan—.
“Caminar hasta llegar a la ciudad es lo más bonito que me ha tocado vivir. Recomiendo a que visiten el lugar; también quedarán sorprendidos”, Gerson Marroquín, turista.
“Es algo indescriptible. Nunca imaginé estar en la ciudad más importante de la cultura maya. La experiencia compensa el cansancio del largo viaje”, Stefany Ramos, periodista.