Quetzaltenango

Calabazas de San Juan Ostuncalco: las imágenes que muestran el curioso cultivo característico de Halloween

La cosecha de la calabaza comienza de septiembre a octubre y coincide con la celebración del día de los muertos en Guatemala y Halloween.

En Sigüilá, San Juan Ostuncalco, se ubica una granja donde agricultores cultivan calabazas, cuya semilla es de origen estadounidense. (Foto Prensa Libre: Mynor Toc)

En Sigüilá, San Juan Ostuncalco, se ubica una granja donde agricultores cultivan calabazas, cuya semilla es de origen estadounidense. (Foto Prensa Libre: Mynor Toc)

A 14 Kilómetros de la Ciudad de Quetzaltenango, en la aldea Sigüilá, San Juan Ostuncalco, se ubica una granja donde agricultores desde mayo a septiembre cultivan calabazas, cuya semilla es de origen estadounidense.

La cosecha del fruto es de septiembre a octubre y coincide con el Día de Halloween y en Guatemala con el Día de los Santos.

En 2014, los esposos Marco Antonio y Antonia Cóbar sembraron las primeras semillas de calabaza que trajeron de California, Estados Unidos, ese año, de la primera mata cosecharon tres calabazas.

Sin embargo, la pareja en lugar de abandonar el emprendimiento, cada año se empeña en cultivar en Sigüilá el fruto. A la fecha, la cosecha produce alrededor de 150 quintales.

En la actualidad, el cultivo y la cosecha de la calabaza, también llamadas Cucúrbita, está a cargo de Nolvin García, sus hermanos y madre, quienes durante abril y mayo entierran las semillas que traen de Estados Unidos.

El frío del altiplano y la lluvia contribuyen a la germinación y para que el fruto alcance su madurez el clima debe ser perfecto, con lluvia modera y temperaturas no muy cálidas.

Sin embargo, este año, la intensa lluvia provocó que cientos de calabazas se perdieran por el exceso de humedad.

En 2019, los agricultores cosecharon una hectárea de cultivos, en 2020 y 2021 la pandemia los obligó a frenar la siembra y este año solo cultivaron cinco cuerdas.

La mayor parte de las calabazas cultivadas se exportan a El Salvador, Honduras y Costa Rica y el resto de la cosecha se vende en mercados locales y Quetzaltenango.

La noticia de la cosecha de calabazas atrajo como a decenas de personas que llegaron hasta la granja para comprar sus calabazas, algunos para preparar alimentos, otros para elaborar las tradiciones linternas de Halloween, conocidas como jack-o’-lanterns.

Silvia Saquich y Fernando Gálvez visitaron por primera vez la granja y quedaron sorprendidos del entorno y la campiña que encontraron en lugar cercano a Quetzaltenango. “Es un lugar hermoso, muy tranquilo y natural”, explicó Saquich.

Es la primera vez que tengo una calabaza en mis manos, vine con mi novia, una amiga y mi mascota, este lugar está fuera de serie”, detalló Gálvez.

La calabaza se vende por libra, cada libra cuesta Q12. La familia García ofrece a los visitantes pastel de calabaza y puré en bolsa.

(Foto Prensa Libre: Mynor Toc)
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