El Ministerio de Ambiente informó que ese afluente recorre Cajolá, San Miguel Siguilá, San Juan, San Mateo, La Esperanza, Olintepeque, Quetzaltenango, y desemboca finalmente en el río Samalá y finalmente en el Pacífico.
Pero a su paso por áreas pobladas y caminos arrastra la basura mal depositada por las personas, lo que contamina la vida humana, animal y marina.
En una jornada de trabajo, Ambiente y la municipalidad de Olintepeque removieron 30 toneladas de basura con palas y piochas acumuladas en costales para que el cauce vuelva a fluir y evite desastres en plena temporada lluviosa.
Leonel Estrada, técnico del ministerio, explicó que el tapón formado por la basura alcanzó los 40 por 10 metros, y se convertía en una contaminación visual y ambiental.