Como cualquier adolescente a su edad, Jennifer Marleny González Méndez, 20 años, disfrutaba salir con sus amigas, cocinar y estudiar, pero hace seis años su vida cambió, cuando por un desprendimiento de retina perdió la vista.
“Después de que perdí la vista lo más difícil fue aceptarlo. No entendía por qué me había ocurrido esa desgracia a mis 14 años. No aceptaba que ya nunca vería el rostro de mis padres. Sentí que todo había terminado y que mi deseo de ser una profesional solo quedaría en un sueño”, relató la joven.
Seis años después, González Méndez decidió dejar atrás la tristeza y retomar sus sueños, entre ellos asistir a un centro especial para aprender a leer y escribir en el sistema braille.
La ejemplar adolescente comentó que la principal motivación para no darse por vencida surgió luego de conocer a un grupo de jóvenes, quienes le demostraron que la discapacidad no es obstáculo para alcanzar metas.
“Gracias al apoyo de mis padres y amigos he empezado a creer en mí. Estoy muy motivada en aprender y en cumplir mi sueño de graduarme de bachiller en computación”, expresó González.
Jenny, como cariñosamente le llaman, dijo sentirse orgullosa de sí misma por su lucha por superar esa situación y por empezar de nuevo.
“Si estamos en este mundo es porque Dios tiene un propósito. Podemos ser grandes ejemplos para las demás personas porque si nos esforzamos podemos hacer lo que deseamos. Con estudios uno tiene más posibilidades de tener un buen trabajo”, añadió.
Ser el mejor
La discapacidad auditiva que padece José Roberto Godínez Sum, 12, no ha impedido que cada día se esfuerce por ser el mejor de su grado.
Por medio del lenguaje de señas, el pequeño José expresó: “El embarazo de mi mamá fue normal, pero después se dieron cuenta de mi discapacidad. Quiero ser un profesional y llevar una vida feliz junto a mis padres, quienes cada día me inspiran a no dejarme vencer”.
Godínez comentó que lo más difícil que le ha tocado afrontar es caminar solo en la calle. “En una ocasión no me percaté de la presencia de un vehículo y no escuché la bocina, pero gracias a una persona que me alertó, no me atropelló”, indicó.
José comentó que al culminar los básicos se integrará al Instituto Nacional Experimental Doctor Gabriel Arriola Porres (Inegap) para graduarse de bachiller en computación y poder estudiar en una universidad de Estados Unidos.
“Gracias a Dios tengo el apoyo de mis padres, quienes me motivan a ser positivo y seguir adelante. Mi mensaje para los niños con discapacidades es que no se dejen vencer y luchen por estudiar, pues los conocimientos les abrirán puertas”, puntualizó.