Quetzaltenango

Emprendedores quetzaltecos exitosos inspiran a otros para emprender

Lucia Cojulún, José Antonio Bagur y Oliver Sierra, contaron sus historias en El Teatrito de Xela. (Foto Prensa Libre: María Longo)

Lucia Cojulún, José Antonio Bagur y Oliver Sierra, contaron sus historias en El Teatrito de Xela. (Foto Prensa Libre: María Longo)

El público de un storytelling pudo escuchar cómo una joven pasó de animarse a iniciar su empresa a emplear a madres solteras, el relato de un joven quetzalteco que cumplirá su sueño de ir al espacio por medio del primer satélite guatemalteco y un emprendedor que ayudó a varios jóvenes con discapacidad auditiva.

En la actividad organizada por el consorcio Xelajú Naranja y la Red Nacional de Grupos Gestores los emprendedores contaron su historia y dieron consejos a una audiencia conformada en su mayoría por jóvenes, los tres relatos de obstáculos, esfuerzo y satisfacción motivaron a los asistentes la noche de este viernes.

Llegará al espacio

José Antonio Bagur es parte del equipo que desarrolla y construye el primer satélite artificial guatemalteco, el cual se espera que se lance este año, y con esto cumpliría el sueño que tenía de niño de llegar al espacio.

En su infancia, Bagur quería ser astronauta, pero luego de subirse al juego mecánico El Gusanito desistió de esa opción, aun así siguió deseando llegar al espacio. Después de graduarse de diversificado migró de Quetzaltenango a la capital para estudiar ingeniería en Mecatrónica en la Universidad del Valle de Guatemala.

“Soy un quetzalteco común, llegué de pueblo, mal hablado y confianzudo, creo que en los últimos dos años en el colegio no había aprendido nada de matemática, pero no importa el colegio sino que lo querrás hacer”, afirmó.

Bagur motivó a los presentes a perseguir sus sueños y a buscar formas de cumplirlos, una de estas podría ser las becas que brindan diferentes universidades. Aseguró que no ha sido fácil llegar a donde está, pero que no podría estar en otro lado.

El día que su jefe le dijo que escribiera en una de las piezas del satélite los nombres de los que participan en el proyecto Bagur se dio cuenta de que llegaría al espacio, no de la forma que lo pensó de niño, pero su sueño se cumpliría.

Con el satélite está convencido de que su primer propósito es cambiar los estereotipos y romper la creencia de que los guatemaltecos no pueden, además de motivar a invertir en la investigación científica, ya que el financiamiento para el proyecto en el que trabaja ha sido difícil.  “También tenemos cosas buenas y podemos”, aseguró.

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“Es satisfactorio el espacio que estamos abriendo en la Universidad del Valle para que exista una industria aeroespacial, investigación científica en el área aeroespacial, eso es lo que más satisfacción me deja, poder abrirle ese campo a las generaciones que vienen y que quieren ser científicos o astronautas”, afirmó.

“Hacer las cosas, no esperar a que todo este perfecto, creo que un error grande de los emprendedores es buscar la perfección, los emprendimientos terminan siendo como un bebé, entonces cuesta dejarlos ir hasta que no estemos seguros que van funcionar, no hay que buscar esa perfección y estar dispuesto a tirarse al agua con lo que uno tenga, hasta que nos tiramos sabemos si funciona, si se mira bonito y si tiene mercado. A la primera no vamos a tener éxito, hay que intentar varias veces”, recomendó Bagur.

Para el Ingeniero el principal reto ha sido hacer algo “totalmente nuevo en Guatemala, lo hemos solucionado a través de preguntar por correos, ser autodidactas y aprovechar que el acceso al conocimiento está tan democratizado. Aprovechar las herramientas nos ha servido para luchar contra esa barrera de conocimiento”.

Lucia Cojulún, José Bagur y Oliver Sierra reciben el obsequio de un emprendedor quetzalteco. (Foto Prensa Libre: María Longo)

Emplea a mujeres

“La mayor satisfacción que me deja el emprendimiento es la generación de empleos, es importante cuando entendemos que nuestro emprendimiento más que cumplir un sueño debe trascender a los social, mi satisfacción es poder emplear de tiempo completo a una mamá soltera, darle esa oportunidad a las mujeres de demostrar el potencial que tienen”, dijo Lucía Cojulún, fundadora del Estudio Creativo Focus.

Cojulún y su equipo de trabajo desarrollan estrategias de crecimiento empresarial y contenido visual para diferentes marcas en Guatemala y México. El emprendimiento de la quetzalteca surgió hace tres años cuando su mamá necesitaba alguien que le hiciera un trabajo de publicidad y fotografía.

Al no encontrar a una persona, la joven decidió conseguir equipo y hacerlo ella, fue entonces cuando decidió iniciar su propia empresa. Cojulún es mercadóloga y publicista, en tres años su empresa ha crecido y actualmente cuenta con cinco colaboradores, el 90 por ciento son mujeres.

“Mi consejo sería que nos animemos a emprender, sabiendo que el camino no es fácil, pero que es satisfactorio, que nos animemos a hacer alianzas que contribuyan a los emprendimientos y que nos tiremos al agua”, dijo Cojulún.

Para la joven el reto más difícil fue el capital. “De dónde generamos el capital que necesitamos, la forma de superarlo fue entender que hay emprendimientos que no necesitan de una alta inversión”, aseguró.

Cojulún recomienda buscar alianzas y generar las oportunidades. “No podemos esperar a que todos nos llegue, debemos tocar puertas, cómo me presento en un mundo desconocido, hasta que no lo hacemos no podemos saberlo”, dijo.

“Debemos perder el miedo de toparnos con las grandes empresas de la industria creativa”, aseguró.

Andrea Valdez, representante de la Red Nacional de Grupos Gestores, entregó a los exitosos un subvenir del consorcio Xelajú Naranja. (Foto Prensa Libre: María Longo)

Creó un dispositivo

Oliver Sierra, coordinador de la carrera de Ingeniería en Sistemas del Centro Universitario de Occidente (Cunoc), logró con sus alumnos la creación de un dispositivo interactivo para emitir sonidos.

Con su creación apoyaron  el desarrollo de la comunicación oral de niños con problemas auditivos de la escuela Dra. Elisa Molina Stahl de Xela.

El dispositivo surgió de una investigación realizada por Sierra en 2018 sobre nuevos métodos para aprendizaje con bajo costo que ayudaran al desarrollo de la lengua oral en personas con problemas auditivos.

El ingeniero destacó en la investigación, pero al iniciar tenía poco conocimiento sobre cómo lo haría.

“Es importante soñar y ser curioso, el método de educación que se utiliza usualmente nos coarta a que las cosas son como son, los paradigmas nos enfrascan, pero es necesario pensar afuera de la caja, cuando vemos así, vemos oportunidades. Es importante hacer lo que nos cause satisfacción, que lo disfrutes no quiere decir que vaya a ser fácil y que no te vayas a desvelar o que en lugar de estar con tus amigos estés estudiando”, afirmó.

Para Sierra cuando algo se disfruta surgen ánimos para continuar, considera que siempre que hay esfuerzo también hay satisfacción. “El obstáculo más grande fue sobre lo que la sociedad quiere de uno, que lo que vas a hacer te tiene que dar dinero”, manifestó.

El emprendedor recuerda que en uno de sus proyectos la ganancia fueron “risas y amistades” porque no obtuvo nada financiero, pero no se siente mal por eso. “Esa parte de que te evalúan si sos exitoso o no porque ganar dinero es lo más complicado, la sociedad se mueve en eso, lo más complicado es salir del paradigma que te pone la sociedad”, expresó.

Antes de hacer la investigación que permitió la creación del dispositivo, Sierra había tenido otros proyectos propios, pero ninguno le había dado una satisfacción inesperada. “Cuando hicimos el dispositivo que presentamos, ver a los niños con problemas de sordera cuando hablaban y sonreían de darse cuenta que tenían voz, eso no me lo esperaba”, relató.

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