Durante los días de sol, el calor se encierra en las aulas de tres metros de ancho por cinco de longitud, pues tienen techos de lámina zinc.
En el establecimiento, que empezó a funcionar en el 2011, trabajan varias maestras por contrato, y el mobiliario y equipo es el que era utilizado en otros centros de enseñanza, por lo que está bastante deteriorado.
Eduardo García, director de la escuela, relató que han hecho gestiones desde el año pasado para que sea construido un edificio para el plantel, pero solo cuentan con Q500 mil de presupuesto para ello; sin embargo, ante la falta de escritura del terreno, el proyecto no avanza.
La solución sería comprar un nuevo terreno, pero no se cuenta con el apoyo del Ministerio de Educación ni de la comuna, indicó García.
La falta de apoyo municipal se evidencia con el hecho de que el establecimiento tampoco cuenta con servicio de energía eléctrica, porque no tiene una construcción formal.
Una de las maestras relató que cuentan con cinco aulas, pero todas son de lámina y madera.