Jaqueline Reyes Sapón, de 19 años, salió el 30 de mayo de 2019 desde el caserío El Reparo, Coatepeque, Quetzaltenango, hacia Estados Unidos, junto a ella viajó su hija Marleny Nereidy Rivera Reyes, de 1 año y ocho meses, el propósito de la joven madre era reencontrarse con el padre de la menor quien migró a Estados Unidos hace dos años.
Reyes Sapón y su hija menor de edad viajaron ilegalmente junto a dos mujeres y dos niños más. De acuerdo con Alan Reyes, hermano de la joven, una mujer sería la encargada de llevar al grupo hasta Reynosa, México, en donde se sabía que un hombre sería el encargado de ayudar a las mujeres y niños a cruzar la frontera hasta Estados Unidos.
“Ella iba a reunirse con su esposo, la misión que llevaba era entregarse a migración, pero quizás el guía las abandonó o se perdieron. No he podido hablar con mi hija y solo sé que está mal y no la han podido ver. Les ruego de todo corazón que yo pueda recibir aquí el cuerpo de mi nieta, que las autoridades nos ayuden con lo que puedan”, dijo Amelia Sapón.
Agregó que desde hace 15 días habló por última vez con su hija, quien le informó que estaba en México. “Después ya no hablé con ella porque le quitaron el teléfono”.
El cuerpo de la niña fue localizado en el Rio Bravo, ubicado en la frontera entre México y Estados Unidos, junto al cadáver de la menor también estaba el cuerpo de Briseyda Chicas Pérez, de 20 años y de su hijo Danilson, de 3, así como el de la niña Juana Miranda.
De acuerdo con los familiares de Rivera Reyes, en el lugar donde viven, la mayoría de personas se dedican a cortar o recoger palma africana, laboran de 6 a 18 horas, mientras otros pobladores trabajan en la pesca, aseguraron que “no hay muchas oportunidades de empleo”. Agregaron que los Q90 diarios que ganan no son suficientes para el sustento de su familia y para cumplir sueños como “tener una casa”, “un carro” y “pagar los estudios de sus hijos”.
Quería un futuro diferente para sus hijos
Chicas Pérez y su hijo eran originarios de La Blanca, San Marcos, lugar desde donde sus familiares salieron esta madrugada para llegar a la delegación del Minex en Xela y pedir la repatriación.
Julio Pérez, tío de la joven, relató que días antes el esposo de Chicas Pérez también viajó a Estados Unidos, junto a su hija de 1 año. “Ellos querían un futuro diferente para sus hijos”, afirmó.
“Como familia estamos muy dolidos y muy tristes por este lamentable suceso, nosotros habíamos visto por las noticias, por los diarios y la televisión, todo lo que estaba pasando con los migrantes, pero nunca pensamos que un día nos iba a pasar a nosotros este dolor en carne propia. El sueño de ella era sacar adelante a sus hijos y ayudar a sus papas para sacarlos de la pobreza”, afirmó el tío.
Agregó que en La Blanca, San Marcos, los pobladores están “emocionados” por los “compatriotas” que llegan a Estados Unidos y mejoran la calidad de vida de sus familiares. “Yo estuve tres años en Estados Unidos, me fui en el 2008 sin pagar guía, me fui solo, pero allá no es como uno piensa y además se desintegro mi familia. Muchos venden sus terrenos para poder viajar”, relató con dolor.
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Su propósito era trabajar
A la delegación también llegó la familia de Juan Carlos Velásquez, de 16 años, quien salió hace 20 días desde el área rural de Quetzaltenango con el propósito de llegar a Estados Unidos, pero falleció en México, los padres del joven no dieron mayores detalles pero informaron que estudió solo “la primaria”.
“Quería tener algo en la vida y salir adelante, tomó la decisión de irse”, expresó Gregorio Velásquez, padre del adolescente, antes de viajar Juan Carlos trabajaba de albañil. De acuerdo con la familia el “coyote” les cobraría Q70 mil por el viaje y pagaron “por adelantado” Q16 mi.
Los servicios de la delegación
Dora Sum, subdelegada de la Delegación Regional del Minex en Quetzaltenango, explicó que “en estos casos” se inicia el trámite con los “formularios respectivos” que son enviados a Guatemala para el seguimiento correspondiente.
Agregó que atienden a personas del Occidente ya que para los familiares de migrantes de esa área es más accesible acudir a Quetzaltenango que a la Capital.
“Deben traer el DPI y el certificado de nacimiento de la persona fallecida, así como el DPI de quien realiza el tramite. Yo recibo la documentación y la transfiero a la dirección de Asuntos Consulares del ministerio en Guatemala y ellos dan el seguimiento correspondiente”, afirmó.
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