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De acuerdo con personal del Instituto Nacional de Bosques (Inab), es importante que los grupos de voluntarios, organizaciones o familias que desean ayudar puedan “ubicar” terrenos privados cuyos dueños estén dispuestos a que sean reforestados.
Cris Aquino, jefa del Departamento de Áreas Protegidas de la Municipalidad de Quetzaltenango, manifestó que se empezaron a limpiar las aéreas que serán reforestadas. “Para este año tenemos una meta de 20 hectáreas, el año pasado se reforestaron 48, contamos con el apoyo de establecimientos educativos, universidades y organizaciones”, afirmó.
Agregó que el año pasado la meta era la misma y “fue superada”. La comuna obtiene los arboles forestales por medio del vivero que está al cuidado de cinco empleados municipales. “Tenemos una producción de plantas, pero a veces las especies no logran reproducirse por la falta de lluvia, entonces se muere una gran cantidad de plantas”, indicó.
Aquino explicó que la producción de cada árbol forestal tiene un costo de Q2.50, la comuna origina al año un aproximado de 50 mil plantas. “Son mil 111 árboles por cada hectárea que se reforesta”, afirmó la encargada.
Para el Departamento de Áreas Protegidas de la Municipalidad de Quetzaltenango este año las zonas con mayor importancia para “recuperar” son los bosques afectados por incendios forestales, en el listado está el volcán Santa María así como los cerros Candelaria y Siete Orejas.
La reforestación también es necesaria en otras áreas municipales que cuentan con bosques y las cercanas a nacimientos de agua que abastecen a la ciudad, aunque estas se encuentren en otros municipios.
Los grupos interesados en cooperar deben presentar en la Municipalidad de Quetzaltenango una solicitud dirigida al alcalde, en el documento se debe pedir la asignación de un área municipal y árboles para reforestar, además se debe adjuntar fotocopia del Documento Personal de Identificación (DPI) y boleto de ornato.
“Se hace un convenio de reforestación que firma el alcalde municipal y la persona interesada, ahí queda establecido lo que proporciona la municipalidad y lo que proporcionan los voluntarios”, explicó Aquino.
Estas son las especies que siembran
- Roble
- Encinos
- Pino blanco
- Aliso
Para la siembra el personal de la comuna se encarga de la limpieza de las áreas, el ahoyado, un acompañamiento de la siembra y la supervisión.
De acuerdo con las autoridades municipales en el área urbana también se necesitan voluntarios para “restaurar” arriates de la ciudad y sembrar árboles ornamentales.
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Guillermo Monterrosa, director subregional del Inab, indicó que el próximo miércoles 22 de mayo será el lanzamiento del programa “Sembrando Huella”, en el inicio de esta campaña se sembrarán 300 árboles en La Esperanza, Quetzaltenango.
“Es importante la reforestación sobre todo este año que fue nefasto por los incendios forestales, yo pensé que el año pasado había sido malo, pero este fue peor, es necesario que se sumen todos para recuperar los bosques”, aseguró.
De acuerdo con Monterrosa, quienes necesiten asesoría técnica pueden acudir al Inab, recomendó a los interesados que previo a pedir la ayuda de esta institución, tengan la logística de la jornada de reforestación.
El director explicó que desde hace más de 20 años el Inab no cuenta con espacios para la producción de las especies, el objetivo es “evitar perjudicar a los viveros privados”, por lo que tienen los árboles que les donan.
En el caso de los voluntarios que deseen dar su tiempo pero también entregar los árboles, Monterrosa explicó que el costo en los viveros podría oscilar entre Q1.50 y Q2.
Agregó que es necesario que los voluntarios puedan conseguir áreas privadas para sembrar árboles ya que hay “muchas solicitudes” pero en ocasiones “no cuentan” con el espacio para reforestar, además informó que los interesados también pueden ofrecer su ayuda a otras instituciones como el Ministerio de Ambiente (MARN) y el Consejo Nacional de Áreas protegidas (Conap).
Cómo ayudan
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación Y la Agricultura (FAO), los árboles son importantes para la mitigación del cambio climático, en especial cuando las ciudades tienen altos niveles de contaminación. Un árbol maduro puede absorber hasta “150 kilogramos de CO2 al año”.
Además la ubicación estratégica de los árboles en las ciudades puede ayudar a “enfriar el aire”, esto ayuda a las comunidades urbanas a adaptarse a los efectos del cambio climático.
Los árboles grandes son “excelentes filtros” para contaminantes urbanos y partículas finas, absorben gases contaminantes como monóxido de carbono y óxidos de nitrógeno, entre otros. Un beneficio más de los árboles maduros es la regulación del flujo del agua, “son claves” en la prevención de inundaciones y reducción de desastres naturales.
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