Anastasia murió junto a otros dos niños y una mujer a orillas del río Bravo, en un hecho que deja en evidencia los peligros de emprender el viaje en busca del sueño americano.
Celia y su pequeña hija formaban parte de un grupo de migrantes guatemaltecos que iban rumbo a Texas, pero el agotamiento y la deshidratación pudo más que ellos. Tres mujeres y sus tres hijos perdieron el conocimiento en medio del intenso calor.
Una unidad de la Patrulla Fronteriza los localizó, pero para cuatro de ellos -tres niños- ya era tarde, pues habían muerto. Celia y Jaquyeline Reyes Chopón fueron llevadas a un hospital, en donde aún se recuperan.
Hasta ese momento la identidad de los fallecidos era incierta, por lo que Celia debió reconocer los cuerpos, incluido el de su hija Anastasia, según Alicia Aguilar, madre y abuela de las guatemaltecas.
De acuerdo con Aguilar, su hija vivió una experiencia traumática al ver como el cansancio la dominaba, y peor aún cuando tuvo que identificar a su hija fallecida, por lo que ahora hace un llamado a las autoridades del Gobierno para que los apoyen en la repatriación de los restos de su nieta y le den asistencia legal a su hija.
Recuerda que sus parientes salieron el 23 de mayo con rumbo a Reynosa, Tamaulipas, México, donde se reunieron con el resto de migrantes.
“Nos llamaron para decirnos que mi nieta había muerto junto a otras tres personas y cuando mi hija recuperó la conciencia tuvo que reconocer el cuerpo de la nena y los de las otras personas que murieron”, dijo Aguilar.
En el mismo hospital donde se encuentra Celia también está Reyes Chopón, madre de Marlen Rivera Reyes, de apenas un año, quien es parte de las víctimas mortales. Ellos son originarios del caserío El Reparto, Coatepeque, Quetzaltenango, donde los vecinos esperan información en medio de la incertidumbre por lo ocurrido.
Otras víctimas
Las otras dos víctimas mortales de ese incidente son Briseyda Lisseth Chicas Pérez, de 20 años, y Denilson Recinos, de un año y cinco meses. Ambos emprendieron el viaje junto Denilson Omar Recinos Orozco -esposo y padre- y su otro hijo, de 3 años, quienes si llegaron a Estados Unidos.
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Esta familia es originaria del parcelamiento Chiquirines, La Blanca, San Marcos, donde Ofelia Pérez y Rogelio Chicas lloran la muerte de su hija y nieto.
Postura oficial
De acuerdo con un cable de la Agencia EFE, La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Marta Larra, explicó que las dos mujeres están “estables”.
El Gobierno de Guatemala había confirmado este lunes que los cadáveres de tres niños y una mujer hallados cerca de la frontera entre México y Texas EE. UU., en las cercanías del río Bravo y de los Matorrales de Anzalduas, en la ciudad de Mission, eran de nacionalidad guatemalteca.
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“Ahora empieza el proceso de asesoramiento migratorio y definir opciones y que quieren ellas”, indicó Larra al ser cuestionada sobre si las mujeres vendrán con los cuerpos de los pequeños cuando sean repatriados, en un plazo que estiman dure, en base a la experiencia previa, “un par de semanas más”.
Los datos preliminares que maneja la Cancillería es que la mujer y los tres niños murieron en su intento por cruzar la frontera cuando “se extraviaron y a causa de las altas temperaturas y la falta de agua no lograron sobrevivir”.
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