Cientos de feligreses se dieron cita alrededor del parque central de Xelajú, donde presenciaron la procesión que salió de la catedral de Xela y luego de su recorrido, la imagen fue colocada en el altar mayor del referido templo, donde será venerada todo octubre próximo.
Como ya es tradición, alrededor de unas cinco mil personas, entre niños, jóvenes, mujeres y hombres presenciaron el evento religioso, el cual fue engalanado por coloridas alfombras elaboradas por estudiantes de distintos centros educativos.
Las bandas escolares no faltaron, sumado el olor del incienso, lo que dio un toque especial a la procesión de la Virgen del Rosario. Integrantes de la Asociación de Taxistas del parque central de Xela quemaron cohetillos y no faltó el sonido de las sirenas de las unidades de los Bomberos Voluntarios y Cruz Roja.
Monseñor Mario Alberto Molina, arzobispo de la Arquidiócesis de Los Altos, ofició una misa multitudinaria antes de la procesión. En la homilía, el religioso hizo un llamado a la población para acerarse a la Virgen.
La consagrada imagen recibió la corona y el rosario de corales por parte del ahora San Juan Pablo II, en marzo de 1983 cuando llegó a Xelajú para venerarla.
Celestina Ramírez, vecina quetzalteca, explico que año con año asiste a la iglesia para ser testigo de la procesión de la imagen. “Sanó a mi hermano y humildemente venimos a decirle gracias por su milagro”, expresó.