QUETZALTENANGO – La acción que sería motivo de celebración se salió de control cuando ocho futbolistas y el utilero del Club Xelajú la emprendieron contra el joven.
La víctima asegura que la vida le cambió por completo, a tal punto que su familia cambió su domicilio a otra ciudad.
Elsy Ramírez, madre de la víctima, resaltó que ella solo hizo lo que cualquier madre haría por un hijo, al denunciar el mismo día en que este fuera agredido y que a un año del problema todo sigue igual.
El proceso penal continúa abierto, pero estancado porque no se ha fijado fecha de audiencia de solicitud de enviar a juicio a los ocho futbolistas y el utilero del equipo, porque la Corte de Constitucionalidad aún no ha resuelto un amparo que interpuso la Procuraduría General de la Nación, donde pretenden figurar como parte en el proceso.
Francisco Cotton, jefe de la Unidad de Investigación del Ministerio Público, resaltó que ya solicitaron que todos sean enviados a debate, basándose en los medios de prueba recabados durante la investigación.
Norma Cruz, de la Fundación Sobrevivientes, entidad que acompaña a la familia de la víctima, resaltó que ha transcurrido un año sin que se llegue a obtener justicia, haciendo referencia no solo a una condena, sino que la víctima tiene derecho a una reparación moral, psicológica y deportiva por lo que sufrió durante el incidente.