En el movimiento, denominado “Princesa Gaby”, también participaron representantes de organizaciones sociales, quienes lamentaron que la violencia en Quetzaltenango esté llegando a esos extremos, pues la joven estudiantes de Arquitectura fue víctima de un misterioso crimen, en el que el denominador común fue la saña con que actuaron los criminales.
Vilma Gabriela, de 26 años, fue localizada muerta el domingo 5 de febrero a orillas del río Samalá, Cantel, Quetzaltenango, luego de que fuera atacada con arma blanca junto con su madre, Orva Lili López, cuando buscaban una casa para alquilar.
Wílder Godínez, de la Asociación Ángeles de Esperanza, señaló que decidieron apoyar con las vallas para presionar a las autoridades encargadas de la investigación, pues a un mes del crimen aún no se ven resultados positivos.
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“Me siento inconforme por el tiempo que lleva el caso y no hay resultados. Lastimosamente nos hacen seguir viviendo de la misma manera, cuando lo que queremos es paz y tranquilidad”, expresó Godínez.
Luisa Fuentes Robles, compañera de trabajo de Vilma Gabriela, lamentó que el caso no avance.
Recuerda que hace ocho años se conocieron y decidieron crear una empresa de arquitectura, donde les iba bien. “Nos da tristeza lo que le pasó a Gaby. Ella sigue en mi mente y lo que más me duele es que aun mes de su partida no hay una respuesta de lo que le ocurrió y de quién es el responsable. Lo que pedimos es que se haga justicia.
Juan Pablo Piedrasanta, otro amigo de Vilma Gabriela, comentó que las vallas que colocaron demuestran que la población necesita respuestas de las autoridades ante la ola delictiva que impera en Quetzaltenango.
“Estamos hablando de una persona que se dedicaba a cosas buenas y traía cosas buenas para la sociedad. Lamentamos la forma en que murió, pero más triste es saber que las autoridades no tienen reacciones. Deberían de encontrar respuestas, pero vemos que se han acomodado. No hacen nada y nos sentimos burlados”, explicó.
La PNC señaló que tienen una línea de investigación, huellas dactilares y el relato de lo sucedido, que hace énfasis que madre e hija fueron atacadas en la vivienda que habían llegado a visitar.
Silvia Fernández, coordinadora del Instituto Nacional de Ciencias Forenses en Quetzaltenango, indicó, en su momento, que Barrios López sufrió laceración cardiaca, debido a las heridas punzocortantes causadas por arma cortante en el cuello y tórax.
La muerte de Vilama Gabriel cambio muchas vidas, entre ellas la de su novio Érick Lancerio, quien tenía previsto proponerle matrimonio el 1 de julio, cuando cumplirían tres años de noviazgo.