Para lograr la prótesis el universitario tuvo que realizar sacrificios los cuales fueron recompensados con la satisfacción de ver a su paciente feliz, esta historia tiene seis momentos importantes:
Proyecto de graduación
En el 2017, Juan José Bagur empezó el proyecto de una prótesis mioeléctrica, pero no tenía a quien donarla, este sería su proyecto de graduación de ingeniaría Mecánica y el joven deseaba que fuera útil para alguien, por lo que estaba en búsqueda de un paciente.
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Conoce a Gema
Bagur le contó su propósito a una amiga, quien lo contactó con la Fundación Paso Firme, por medio de la cual conoció a Gema. “No tenía otro candidato, desde el principio la prótesis sería para ella”, recuerda.
Gema, quien es originaria de Totonicapán, se emocionó con la idea, aunque puede escribir y comer con el pie, tener una mano la ayudaría con sus estudios, actualmente está en sexto primaria.
“Me ayudará a cumplir mi sueño de ser una gran diseñadora de modas y hacer muchos vestidos, estoy muy feliz porque voy a tener el brazo conmigo y me ayudará a comer y para ir a la escuela”, manifestó la menor.
Sacrificios y logros
Para cumplir su propósito, Bagur invirtió Q7 mil, el joven aprovechó cuando trabajaba para adquirir lo necesario, entre los insumos esta una impresora 3D necesaria para hacer el brazo.
Cuando el universitario se percató que necesitaba más tiempo para cumplir con su proyecto renunció a su trabajo y se dedicó solo a la prótesis. “Era más importante terminarla”.
Hacer la prótesis significó para Bagur un aprendizaje profesional. “Todo lo aprendí en el camino, siempre me gustó la programación y el diseño mecánico, pero nunca había hecho algo así”. También aprendió sobre la perseverancia de Gema, quien le enseñó a no darse por vencido.
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Trabajan juntos con el fisioterapeuta de Gema
Marvin Gramajo, fisioterapeuta de Gema, asesoró a Bagur en temas anatómicos.
El profesional conoció a la niña cuando realizaba sus prácticas en el Hospital Regional de Occidente, durante una jornada médica “de unos amigos norteamericanos”, decidieron ayudar a Gema, ya que admiraron su valentía, entonces se le proporcionó una prótesis de pierna, pero “nunca había tenido una para las extremidades superiores”.
Gramajo ayudó a Bagur en el tema anatómico para el diseño de la prótesis y para que la menor la pueda controlar. “Para desenvolverse debe subirse a una superficie, quitarse el zapato y hacer sus actividades, pero con la prótesis estará a la misma altura que sus compañeritos en la escuela y podrá comer, vestirse, peinarse, cepillarse, y otras cosas”, indicó.
Aprende a usarla
Por ahora Gema practica la forma de controlar la prótesis con sus músculos, aunque Bagur terminó su proyecto está pendiente la interfaz, que es la parte por la cual conectarán el brazo al cuerpo de la niña para que lo controle con un sensor que estará en contacto con su piel.
“Estoy agradecida con Dios por lo que le donaron a mi hija. Un día pensé que ella no podría salir adelante, pero, al contrario, ha podido hacerlo. Ella siempre soñaba con un brazo, yo pensaba que con el tiempo quizás habría alguna ayuda, ella me ha demostrado que a veces estamos completos y no podemos hacer las cosas”, dijo Nicolasa Pelicó, madre de la niña.
Una segunda prótesis
Ahora el proyecto personal de Bagur y Gramajo, es hacer el brazo derecho para la pequeña.
“Lo que queremos es, por medio de la tecnología apropiada, ayudar a otros niños que están en una situación similar a la de Gema, proveer una prótesis de buena calidad a un costo accesible, en el mercado existen, pero es difícil acceder a ellas porque el costo es entre Q60 mil y Q70 mil”, dijo Gramajo, quien atiende a Gema desde que tenía un año.
La creación del otro brazo será de acuerdo con la experiencia que la pequeña tenga con la primera prótesis y con la que harán las mejoras necesarias. “Nos comprometimos con Gema y lo vamos a cumplir, como le digo a él -a Bagur-, si se compromete lo cumple porque no vamos a jugar con los sentimientos de ningún paciente y menos de Gema”, refirió Gramajo.
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