Cuerpos de socorro y la Coordinadora para la Reducción de Desastres (Conred) efectúan recorridos en las localidades cercanas para establecer si hay personas afectadas por la explosión.
Autoridades recomiendan a la población estar pendientes de las indicaciones, en caso la situación empeore.
En mayo del 2014, alerta naranja fue declarada para Quetzaltenango y Retalhuleu, luego de que el volcán Santiaguito entrara en erupción y fueran evacuadas 150 personas de tres fincas cercanas al coloso y otras seis fueran hospitalizadas con síntomas de intoxicación, por la caída de ceniza.
El Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) informó el volcán entró en una fase de erupción con flujos de materiales sólidos y calientes en los flancos este y sureste.
Además, la ceniza se elevó a unos 25 mil pies de altura, lo cual causó abundante caída de esta en un área de 20 kilómetros alrededor del volcán.
Según María de los Ángeles López, a las 9.30 horas escucharon grandes ruidos. “Cuando nos dimos cuenta de que la lava estaba bajando pedimos ayuda para salir porque pensamos que iba a ser más grande. Gracias a Dios no hay muertos”, indicó.
Consecuencias
David de León, vocero de la Conred, refirió que evacuaron a 30 personas de la finca El Faro, 50 de la finca Patzulín y 50 de la finca La Florida, ubicadas en El Palmar, Quetzaltenango. También se reportan daños en cultivos, principalmente de café.
Furia volcánica provoca temor
Las comunidades de Escuintla, Sacatepéquez, Chimaltenango, Quetzaltenango y Retalhuleu, situadas en las faldas de los volcanes de Fuego, Santiaguito y Pacaya, permanecen en riesgo por la constante actividad de los colosos, por lo que pobladores temen que en algún momento ocurra una erupción de gran magnitud.
Para vecinos de poblados afectados, los volcanes son bombas de tiempo, cuyo momento de activación es desconocido, por lo tanto, los planes de prevención implementados por las autoridades podrían ser poco efectivos.