Los padres de la menor informaron a los alcaldes indígenas que desconocían lo que su hija hacía, por lo que fue llevada al parque La Unión, donde fue azotada ante la mirada de decenas de personas.
Luego la mujer fue entregada a sus parientes, a quienes se les advirtió que si la vuelven a ver en el pueblo el castigo será mayor.
Sebastián Canil, padre de la mujer, dijo que él trabaja como cargador en la terminal de la zona 4 de la capital y que sabía que su hija vendía manzanas en el mercado.
“Estoy de acuerdo con el castigo comunitario, ella robó y hay que castigarla”, comentó Canil.
En menos de un mes, en este lugar han sido azotadas dos personas, y Canil sería la primera mujer que recibe ese castigo en lo que va del año.
Recientemente la alcaldía indígena de Santa Cruz del Quiché revalidó el castigo comunitario, que ahora incluye el Xukulem, que consiste en moverse de rodillas alrededor del parque La Unión.