“¡Que viva Baltazar Toj!”, era una de las consignas que se escuchaban por parte de los familiares de las víctimas que se hicieron presentes, quienes indicaron que las heridas ocasionadas por las pérdidas aún no han sanado.
María Toj Medrano, hermana de Baltazar, dijo que miles de quichelenses viven desplazados de sus lugares de origen, a causa del horror que vivieron en los años de conflicto.
“Hoy, 35 años después de su muerte, venimos a levantar su espíritu, de la esquina de la radio Quiché donde fue lanzado su cadáver”, comentó Toj, en referencia a un acto simbólico que se efectuó junto a otros pobladores.
Toj Medrano agregó que los restos de su hermano fueron llevados al cementerio local y que los trasladaron desde el panteón de la familia Reynoso, que durante más de tres décadas fue prestado para su descanso.
“El destino se encargó de fundir la fecha en que se conmemora el asesinato mi hermano con la sentencia condenatoria contra de Ríos Montt, quien ordenó tantas muertes en el territorio quichelense”, aseguró Emeterio Toj.