ELEGIMOS PARA USTED
En una transitada calle de Quiché se observó que automovilistas detenían la marcha de su auto y le entregan víveres a un niño, pero esa tarea es riesgosa a su edad, comentaron varias personas.
Cerca del lugar, la madre del pequeño, María Pérez, lo esperaba, llevaba en brazos a otro de sus hijos.
Pérez vive en la zona 2 Quiché, relató que colocó una bandera blanca afuera de su vivienda, pero ninguna persona se acercó para ayudarle, por lo que decidió salir a pedir víveres.
La mujer tiene tres hijos, entre ellos, una joven que está embarazada, y no tiene trabajo para comprar alimentos.
Pérez contó que lava ropa ajena, pero ya nadie la contrata por la pandemia del coronavirus, y se le acabó el dinero.
“Salí a la calle porque ya no puedo hacer otra cosa, ojalá y logre recibir alguna ayuda para comer aunque sea una semana. Nos turnamos con los patojos para pedir la ayuda”, dijo.
En el ingreso a Santa Cruz del Quiché se localizó a otras dos niñas que pedían víveres; una mujer que las acompañaba al descubrir que iba a ser entrevista escapó del lugar, minutos después retornó y se llevó a las menores.
En la calzada Centenario seis niños que se dedican a lustrar zapatos se ubicaron en el arriate central y con banderas blancas pedían dinero o víveres. Carlos, uno de los menores indicó que no han podido ingresar a los parques por las restricciones.
“Somos de varias comunidades y tenemos que llevar dinero para que nuestras familias se alimente”, expresó el pequeño.
Lucrecia Prera, de la Procuraduría General de la Nación, explicó que la Ley Integral de la Niñez y Adolescencia no faculta un procedimiento de intervención a favor de niños y adolescentes en condiciones de pobreza ya que la falta de recursos materiales no constituye motivo suficiente para iniciar un proceso de protección.
Otto Macz, gobernador de Quiché, dijo que repartieron bolsas con alimentos donados por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, en inglés), pero ya no se dan abasto.
Con relación a las personas que portan banderas blancas, expresó que no los ha visto a pesar de que están ubicados en el centro de la ciudad y a pocas cuadras del edificio de Gobernación.
Rosolino Bianchetti, obispo de Quiché, expresó que ojalá y los alimentos lleguen a los más necesitados y no a los simpatizantes de los políticos. Urgió al Gobierno ayudar a los más desposeídos del departamento.