Además, se han colocado mantas en las que se advierte a delincuentes de que serán sometidos a castigos si son detenidos por pobladores; además, autoridades indígenas dicen que todo delincuente que sea capturado será azotado como parte de un castigo comunitario.
Entre los municipios donde se colocaron mantas de advertencia está Santa Cruz del Quiché, Chichicastenango y Joyabaj, en esos lugares también se revisan vehículos que no sean de la comunidad y que circulen por las noches.
Marcelino Hernández, vecino de Xatinap Primero, Santa Cruz del Quiché, comentó que desde hace varias semanas se han incrementado los robos, asaltos y extorsiones por lo que decidieron retomar la organización por la seguridad de la comunidad.
“Creemos que después de que se inauguró la carretera a Patzité es más fácil para que los delincuentes se movilicen, porque está a 10 minutos de la cabecera departamental y por eso decidimos colocar mantas de advertencia para los delincuentes y se formaron las patrullas civiles, indicó Hernández.
Añadió: “agentes de la PNC vinieron a la comunidad y nos dieron una plática sobre la organización civil, en la que no podemos portar armas y lo único que se puede hacer es acompañar a los agentes, pero ellos no llegan a la comunidad y el patrullaje por esta ruta es casi nulo”.
Rosendo López, vecino de Santa Cruz del Quiché, dijo que no permitirán que la delincuencia gane terreno en la cabecera departamental, por lo que se organizaron para patrullar las calles.
López recuerda que son pocos agentes de la PNC los que están asignados a Quiché y muchos autopatrullas están en mal estado, por lo que cree que la organización comunitaria es fundamental para mantener el orden en el pueblo.
Tomás Canil es uno de los vecinos que con el rostro cubierto con un gorro pasa montañas patrulla la plaza central de Chichicastenango, donde se quemó el mercado en un hecho que consideran fue provocado. Además, asegura que la presencia de la Policía es escasa y por eso decidieron organizarse.
Juan Zapeta, alcalde indígena de Santa Cruz del Quiché, explicó que los vecinos se organizaron en patrullas porque es imposible que la PNC cubra en su totalidad algún municipio de Quiché.
“Nosotros azotamos a delincuentes como una corrección, pero en los últimos meses nos hemos percatado que hay muchos que reinciden y eso molesta a la población, estamos en desacuerdo con el linchamiento, pero los vecinos están cansados de estar cuidándose entre ellos.
Flavio Ruiz, auxiliar de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) en Quiché, dijo que esas acciones de parte de la población son el resultado de la ausencia del Estado.
“Los vecinos han tomado la justicia en sus manos porque no hay presencia de la PNC. En algunos casos hay 12 agentes en una subestación, donde la mitad descansa y el resto debe dar seguridad a miles de personas”, refirió Ruiz.
Agregó: “los niveles bajos de criminalidad en Quiché no son porque las autoridades ejerzan control en la comunidades, sino porque desde que finalizó el conflicto armado interno los vecinos decidieron tomar la seguridad en sus manos, lo preocupante es que en cualquier momento se pierda el control y se linche a alguna persona”.
Reynabel Samayoa, gobernador departamental, dijo que ha girado instrucciones para aumentar los patrullajes de la PNC, aunque fue claro con que el departamento es extenso ante la cantidad de personal que hay.
“Logramos que regresará la PNC a Zacualpa y Cunén, de donde había sido expulsada por los pobladores”, refirió Samayoa, quien agregó que ese tipo de patrullajes son ilegales.