Rosa Pérez, alcaldesa comunitaria de la aldea Pamesebal primero, informó que en fecha reciente conocieron el caso de una niña que fue violada por su hermano y quedó embarazada. “El tema es complicado porque el agresor vive en la misma vivienda y existe división entre la familia y la comunidad. Si la familia no denuncia al agresor lo haremos nosotros”, puntualizó Pérez.
“Qué podrá hacer esa pobre criatura embarazada durante nueve meses, su pequeño cuerpo no está todavía preparado para dar a luz a un niño, existen riesgos y el cuidado trae muchas consecuencias negativas para la comunidad”, explicó Pérez.
Yolanda López, coordinadora de Proyecto de Desarrollo Santiago (Prodessa), indicó que la Mesa Departamental por los Derechos de las Mujeres en Quiché, se reunió con autoridades comunitarias y les manifestaron su preocupación para que a través de ellos se informe a la comunidad de los riesgos de que niñas y adolescentes queden embarazadas.
Para Wendy Ramírez, directora del Osar, es importante que los líderes comunitarios informen a las familias sobre violencia contra la mujer porque en varios casos se conoce a los agresores sexuales y es importante que las víctimas salgan del círculo de violencia.
Ramírez señaló que de las 23 muertes maternas reportadas en 2019, 14 fueron de adolescentes sin escolaridad y mencionó que es urgente que las niñas tengan acceso a la educación para prevenir embarazos y uniones no deseadas.
Federico López, alcalde auxiliar de Xesic, se mostró preocupado al conocer las estadísticas de embarazos en niñas y adolescentes, manifestó que “una niña no puede alimentar a otro niño”.
El líder comunitario expresó que una alianza con los sectores de mujeres ayudará a las autoridades a tomar decisiones correctas en la comunidad y no amparar a los agresores sexuales de niñas, lamentó que en varias comunidades es común que una mujer se case a temprana edad.