De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Bosques (Inab), de todas las especies que fueron impactadas por el fuego, las más afectadas son el mangle -rojo y blanco- y zapotón, pues para que el bosque llegue a ser lo que era antes del incendio se necesitarán entre 10 y 20 años, si todo marcha a su favor.
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César Zacarías, encargado de mangle del Inab, comentó que fueron varias las especies afectadas por el siniestro, cuya magnitud fue de grandes proporciones, pues, asegura que incluso el fuego paso bajo una zona inundada.
“El calor era tanto que una parte del agua de la inundación se consumió y el fuego continuó su camino. El problema es que afectó las raíces de los árboles y el proceso de alimentación de estos se verá afectado y muchos de ellos morirán”, comentó Zacarías.
Especies y hectáreas afectadas
- Bosque de mangle 38.46 hectáreas
- Tulares y helechos 32.2 hectáreas
- Bosque de zapotón 11.70 hectáreas
- Bosque seco 1.98 hectáreas
- Bosque de palma real 1.22 hectáreas
- Bosque de mangle con plantas trepadoras 0.43 hectáreas
Zacarías añadió que la recuperación de las áreas dependerá de la especie; por ejemplo, en el caso del bosque seco y de palma real ya se evidencia nuevos brotes, por lo que en un año la situación podría normalizarse.
“En el caso del zapotón como Inab no hemos tenido experiencia de restauración de ese tipo de bosques; sin embargo, una buena parte de árboles quedaron intactos y esperamos que con el invierno la dispersión de semillas y que el otro año haya regeneración natural, lo que significa que en lapso de 10 años esta zona podría recuperarse si todo marcha bien”, dijo Zacarías.
Añadió que el zapotón es de importancia porque sus raíces evitan la oposición de los suelos y contribuye en la recarga de los mantos friáticos; además, son refugio de gran cantidad de especies de invertebrados y mamíferos.
“Ahora, el bosque de manglar necesita entre 15 y 20 años para verse como estaba antes del incendio, pero si hay intervención humana tendríamos el bosque que se perdió en unos 15 años. Lamentablemente no quedaron árboles padres, porque todos se quemaron, el fuego arrasó por las raíces, lo que significa que no tendrán capacidad de alimentación y finalmente morirán. Todos los árboles que fueron afectados por el fuego se van a morir”, señaló Zacarías.
El mangle es fuente de vida
Alex Guerra, director del Instituto de Cambio Climático, comentó que los bosques de mangle son fuente de vida. “El mangle es un ecosistema, es un tipo de bosque de los más importantes, porque es capaz de vivir en una mezcla de agua dulce y salada, entonces propicia sitios de anidamiento y reproducción a especies de los esteros y del mar, es un ecosistema importantísimo para la pesca y para las especies locales”, dijo Guerra.
Agregó que por su capacidad de anclarse en lugares arenosos ayudan a estabilizar la costa y cuando hay tormentas evitan que sean destructivas. También protegen de inundaciones y del oleaje fuerte.
“El mangle hace un proceso de conquista del mar que consiste en la retención de los sedimentos que llegan de los ríos y los volcanes, con lo que le gana terreno al mar y mejora los procesos de fertilización en las zonas del litoral, señaló, Guerra, quien añadió que esos bosques extraen grandes cantidades de carbono de la atmosfera y las almacenan.
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