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“Las costas del Pacífico guatemalteco son el lugar perfecto para la reproducción de las tortugas marinas, sin embargo, cada vez llegan menos a desovar, eso nos obliga a cuidar con esmero cada huevo que encontramos”, comentó Emerson Lima, hermano de Anderson, quien es parte del proyecto.
La primera liberación de tortugas fue en el 2016 y cada año en promedio Casa de Áak libera entre cinco a seis mil tortugas.
Este año la liberación comenzó el 15 de septiembre con 50 ejemplares cada día, sin embargo, a partir del 15 de octubre a la fecha cada día liberaron entre 80 a 150 tortugas, “de cada 500 parlamas que llegan al mar en promedio una logrará llegar a la edad adulta”, explico Lima.
El proceso de incubación comienza con la recolección de los huevos, pescadores en Champerico son los encargados de recolectarlos y llevarlos al tortugario. “Los recolectores están obligados a donar el 20 por ciento de lo que recogen y el resto de los huevos se los compramos”, detalló el experto.
“La incubación dura al menos 45 días, la temporada de desove ocurre de junio a agosto por eso las primeras liberaciones son en septiembre”, expuso Lima.
De septiembre a noviembre de este año Casa de Áak liberó a más de seis mil 500 tortugas y en diciembre se espera librar a unas 800 más.
Según el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), la tortuga parlama, conocidas con el nombre científico Lepidochelys olivacea, en su edad adulta mide más de medio metro, pesa un máximo de 80 libras y depositan un promedio de 70 a 100 huevos en cada nido.
Los encargados del tortugario cada año invierten entre Q12 a Q14 mil para el mantenimiento de lugar que cuenta con unos 30 voluntarios.
Casa de Áak es el primer tortugario implementado Champerico y necesita de donaciones para continuar con el proyecto para preservar una especie en peligro de extinción. “Apadrinar una tortuga es una iniciativa que busca que una persona tenga la experiencia de liberar a una tortuga y done Q15 al proyecto”, señaló Lima.
Lo que comenzó como un proyecto educativo se convirtió en una forma de vida para Anderson Lima, que en la actualidad estudia Economía en la Universidad Francisco Marroquín.
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