Primer plagio
Los Topos secuestraron a un hombre, de apellido Díaz, después de haberse enterado de que había vendido un vehículo.
Según la Unidad de Secuestros de la Fiscalía contra el Crimen Organizado, la pesquisa comenzó el 29 de septiembre del 2015, cuando fue secuestrado.
El MP considera que ese plagio se cometió más por venganza o como práctica, ya que los plagiarios no mostraron mucho interés por cobrar rescate.
A la familia de la víctima, quien se dedicaba a extraer basura en un picop deteriorado, le pidieron Q60 mil porque calcularon que ese podía ser el monto de la venta de un vehículo, pero solo recibieron Q1 mil 935 y lo liberaron, pero la investigación siguió.
Fue así como los fiscales determinaron que la banda excavaba fosas en terrenos agrestes, en las faldas del Volcán de Fuego para ocultar allí a las víctimas, amordazadas y atadas de pies y manos. Tapaban los agujeros con hojas y ramas, en tanto alguien vigilaba a distancia.
Los fiscales revelaron que resulta difícil llegar en vehículo y a pie, porque hay que pedir permiso en fincas privadas para acceder al lugar, en el cual encontraron ayer los cadáveres de dos hombres.
Los criminales, por ser oriundos del lugar, conocen muy bien el terreno, lo cual les hacía estar confiados en que las autoridades no ingresarían con facilidad, se explicó.
Buscaron más
La Fiscalía determinó que la red elegía a sus víctimas mediante rumores en la comunidad o si alguien sobresalía por algún negocio.
Los fiscales explicaron que los Topos se encontraban en fase de reorganización para cometer secuestros.
Buscaban agenciarse de más dinero y garantizarse de que recibirían lo planeado. Esa banda difiere de las que existían con anterioridad en el país, las cuales elegían empresarios, industriales y personas de perfil económico alto. “Era una estructura criminal emergente que no tiene abolengo criminal ni gran capacidad operativa”, comentó un fiscal.
Víctimas murieron
Los restos de dos hombres fueron hallados en una fosa, en el área montañosa de Guadalupe, Escuintla.
Familiares de las víctimas reconocieron restos de ropa y algunas características de los cuerpos que podrían corresponder a Elio Galindo Jiménez y a Óscar René López. El modo de operar es lo que delata a los delincuentes.
“Los Topos supieron que Galindo Jiménez vendió cierta cantidad de vacas. Por rumores y un cálculo de cuánto valían, estimaron lo que podrían exigir de rescate”, dijo una fuente del MP. López, la otra víctima, era ayudante de Galindo Jiménez.
Operativos
En inmuebles allanados por la Policía fueron decomisados 13 teléfonos celulares, dos armas de fuego, municiones, tres machetes, siete chips para celulares, dos lazos y documentos de presuntas víctimas.
Galindo y López salieron la madrugada del sábado 13 de febrero último a trabajar a la finca Magdalena, donde cuidaban ganado.
La esposa de Galindo Jiménez relató: “A eso de las 7 horas recibí la llamada de Elio, y me dijo que hombres armados los tenían secuestrados y que esperara la llamada de ellos, quienes nos indicarían dónde depositar Q50 mil por el rescate”.
Familiares decidieron denunciar el caso a la PNC 24 horas después.
“Lamento lo sucedido, pues eran casados y dejan en la orfandad a niños de 2, 4 y 6 años. Ojalá que las autoridades castiguen a los responsables”, expresó un amigo de la familia.
Stu Velasco Crispín, subdirector general de Investigación Criminal de la PNC, informó: “A través del rastreo de las llamadas que se hacían los integrantes de la banda se logró ubicar el lugar donde estaban las fosas”.
A la banda se le atribuyen seis secuestros, cinco violaciones, asaltos a mano armada, robo y extorsión.