Racancoj agregó que en el país hay acuerdos gubernativos y ministeriales que reconocen los textiles como patrimonio cultural, pero no regula su comercialización.
La profesional del Derecho agregó que este año interpuso una acción de inconstitucionalidad contra varias normas existentes, como la Ley del Derecho de Autor, de Propiedad Industrial y el Código Penal porque tienen un vacío legal respecto de los derechos de los textileros artesanales.
Arte ancestral
Angelina Aspuac, tejedora y coordinadora de la Asociación Femenina para el Desarrollo de Sacatepéquez (Afedes), informó que actualmente no hay una norma que proteja el trabajo ancestral, por lo que apoyan la creación de la ley.
“Se pretende fortalecer el trabajo textil en el país, ya que actualmente no hay apoyo del Estado, y como consecuencia el número de tejedoras cada vez es menor. En 10 o 20 años este arte podría quedar en la historia”, opina Aspuac.
Además de proteger la diversidad de diseños, con la norma también se pretende promover el uso de los tejidos en las comunidades, señaló.
Parte fundamental del código será establecer sanciones a quienes utilicen los diseños del tejido sin la autorización comunitaria, así como al Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat), que debe destinar un porcentaje de los ingresos que genera el turismo para las tejedoras, agregó la coordinadora de Afedes.
Más que folclor
“El Inguat vende a Guatemala como rostro maya en el extranjero, explota nuestros textiles y no nos reconocen el esfuerzo. En ese aspecto hay muchos cuestionamientos de las tejedoras, porque nos ven como folclor y se pierde el lado humano. Además, contratan gente que se disfraza con la indumentaria indígena; para nosotras eso es burla”, resaltó Aspuac.
Gloria García, presidenta de Mujeres Mayas Tejedoras de Sacatepéquez, dijo que ellas sufren económicamente, ya que los productos no se venden, pues el mercado está saturado con tejidos industrializados.
“El tejido es ancestral y para nosotras también es espiritual y sagrado”, dijo García, quien enfatizó que el tejido ya no es rentable, por lo que considera que una ley ayudaría a mantener el arte.
En Huehuetenango, los textiles son elaborados por hombres y mujeres que los consideran símbolo de identidad.
Quienes venden la indumentaria aseguran que aparte del beneficio económico también se transmite la cultura a través de los colores e imágenes formadas en los tejidos, güipiles, sombreros, pulseras, aretes y morrales, entre otras.
El pasado 6 de junio unas 300 mujeres sostuvieron una audiencia en el Congreso, donde fueron recibidas por los jefes de bancadas, entre ellos de Winaq, Amilcap Pop; UNE, Orlando Blanco; FCN, Marcos Yax, URNG; Wálter Félix, y Convergencia, Sandra Morán.
Los diputados asumieron la responsabilidad de formar parte de la mesa técnica y análisis sobre el tema para formular una propuesta de ley.
Hecho en China
Alejandro Castillo, presidente de la Asociación de la Industria del Vestuario y Textiles (Vestex), señaló que la falta de una legislación que proteja los tejidos típicos de Guatemala permite que países como China elaboren textiles y objetos con diseños típicos guatemaltecos y lo comercialicen a menor precio.
“Apoyamos lo local. Nos preocupa que lo típico pierda el valor especial. Se debe proteger esa artesanía. Ahora se valora mucho el precio y no el arte”, resaltó Castillo, quien apoya la iniciativa, pero señaló que se debe evitar la “ambigüedad” para no afectar a tejedores y la comercialización, porque de lo contrario se daría paso al contrabando.
Sonia Gutiérrez, subcoordinadora de la Asociación Política de Mujeres Mayas Moloj, señaló que la creación de una ley ayudaría a la conservación de la esencia y origen de los textiles.
“Hacer caso omiso a la denominación de origen de los textiles es un irrespeto y apropiación que violenta los derechos colectivos de los pueblos indígenas”, añadió Gutiérrez.
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Publicación hecha en el 2014, por el Programa ICAT, Universidad Nacional