En el video se observa que los presuntos delincuentes quedaron rodeados por los pobladores, quienes les rociaron combustible y luego les prendieron fuego.
La grabación también muestra a dos personas que con un lazo evitaban que los sujetos se escaparan de las llamas.
Si un niño internaliza lo que vio o lo que vivió, es difícil borrarlo de su memoria y eso queda en el subconciente.
La brutal acción de los pobladores la llevaron a cabo pese a la presencia de varios menores de edad que observaron hasta que los hombres murieron.
El Ministerio Público identificó a los linchados como Carlos Manuel Castillo Rodríguez de 29 años; Ánderson Joram López Díaz, 23; y Jorge Gómez López, quien por el momento no se ha revelado su edad, ya que portaba un documento personal de identificación, al parecer, no le pertenecía.
La cuarta víctima, Francis Josué Orozco Castillo, 19, permanece en la sala de cuidados intensivos del Hospital Nacional de San Marcos, con quemaduras de segundo y tercer grado en el 80 por ciento del cuerpo y en estado delicado.
Las autoridades siguen con la investigación para determinar qué pudo haber sucedido, pues la versión generalizada que se maneja es que se trató de un asalto en la comunidad El Triunfo, San Miguel Ixtahuacán, donde fueron atropellados el motorista que distribuía tarjetas y recargas electrónicas de una compañía de celulares y el guardia de seguridad que lo acompañaba, quien murió en el lugar.
El vendedor, identificado como Adán Rodas, fue llevado a un hospital privado.
Un mal recuerdo a veces no se puede superar solo así, y se debe recibir tratamiento.
Secuelas de la violencia
Según el psicólogo Estuardo Joachín, un niño que observa un hecho de violencia similar al de San Marcos tendrá secuelas en cierto momento de su vida, especialmente en la adolescencia, y puede llegar a padecer trastornos de personalidad como depresión, aislamiento e hiperactividad.
“Los cambios ocurren en la etapa de cambio hormonal, que normalmente es en la adolescencia. Si un niño internaliza lo que vio o lo que vivió, es difícil borrarlo de su memoria y eso queda en el subconciente. Un mal recuerdo a veces no se puede superar solo así, y se debe recibir tratamiento”, explicó Joachín.
Agregó que la edad en la que un niño desarrolla su personalidad es entre los 6 y 7 años, y esta dependerá del entorno en el que viva o cómo sea tratado.
Lo peligroso de los trastornos de personalidad es que de “agresivo puede pasar a violento”, resaltó el experto.