Niños de entre 3 y 12 años se aventuran a viajar con desconocidos, con el objetivo de reencontrarse con sus padres, quienes los dejaron en su país de origen cuando viajaron a EE. UU. Al ser detenidos por Migración son enviados a albergues temporales y luego deportados.
Los menores migrantes sufren atropellos y abusos de parte de Migración y los coyotes, y es algo que no se puede evitar, coincidieron integrantes de la mesa de trabajo.
Narran drama
Setenta niños de los países citados permanecen en el albergue municipal de Tapachula, donde narraron su experiencia al intentar viajar a EE. UU.
Cristian Villegas, encargado del albergue, afirmó que los menores llegan con daños psicológicos, pero se les ayuda. “Para que no sientan el tiempo, los ponemos a dibujar. Hay niñas que cocinan muy bien la comida de su país; ellas dicen que van a cocinar y así se van los días, mientras se legaliza la repatriación”, resaltó.
Kevin, de 9 años, explicó que salió de El Salvador un lunes —aunque no sabe la fecha—.
Sus papás están en Estados Unidos, y por teléfono le dijeron que Carlos, un conocido, lo llevaría con ellos.
“Todo iba muy bien en el viaje hasta que Migración me agarró en Veracruz y me llevó a un albergue. No sé qué hacer. Tengo miedo, porque donde vivo hay muchos pandilleros y me dicen que si no me uno a ellos, me van a matar. Estoy triste, porque a mis papás los conozco solo en fotos”, relató.
Keyla, una menor hondureña, cuenta que para no sentirse triste, pinta y escribe sus sueños.
“Quiero llegar con mis papás, porque dicen que Estados Unidos es bien bonito. Tengo 12 años, pero el señor que me llevaba me dijo que yo soy bonita y a veces me quería besar, y yo me asustaba. Íbamos por un lugar que se llama Tonale cuando la migra nos agarró. Yo venía con mi hermanito, él ya llegó con mis papás; por no querer perder mis maletas, me agarraron”.
Afirmó que Cristian, el encargado del albergue, es como su papá, porque le da consejos buenos y eso le levanta el ánimo.