Manifestó que en el lago circulan más de 300 lanchas diarias, por lo que resaltó la importancia de fortalecer los programas para evitar el derrame de aceite al lago e iniciar el proceso de entendimiento del cambio de aceite de este tipo de transporte, pues el mal manejo de estos productos químicos genera daños en la salud de los vecinos.
“Nos reunimos recientemente con la gremial de recicladores para que los desechos sean comprados por las municipalidades para beneficiar a la población, estos tipos de aceite quemado es malo para el lago porque una gota de aceite contamina el agua”, expresó.
Julio Romero, encargado del programa saneamiento ambiental de Amsclae, indicó: “Nuestro enfoque es el control de contaminación, pues la unidad de desechos especiales se dedica a erradicar los contaminantes de tipo especial como el aceite quemado de motor, aceite vegetal, baterías, electrodomésticos y electrónicos que son los más dañinos para el lago y la salud de los sololatecos”.
Salvador Loarca, auxiliar de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) de Santiago Atitlán, dijo que la salud es un derecho, por lo que es necesario garantizar a la población que el consumo del agua del lago no esté contaminado.
Refirio que entre los municipios que aún consumen el agua del lago son San Pedro la Laguna, Santiago Atitlán y San Lucas Tolimán.
El líder comunitario, Samuel Orozco, expresó: “Es triste ver que los lancheros, incluso personas particulares con vehículos se acercan en las orillas del lago para lavar los carros, urge controlar estas acciones, porque estos tipos de químicos son dañinos para la salud”.
“Sí estos químicos llegan al lago se forma una capa, porque el aceite pesa menos, obstaculiza los rayos del sol que es básico para la fotosíntesis de los seres vivos y plantas acuáticas que los necesitan, en otro caso el aceite consume la molécula de oxigeno del agua y se reduce los niveles de oxígeno del lago”, añadió.
Romero dijo que el aceite de motor, por contener muchos aditivos químicos, es el más peligroso y podría producir cáncer a las personas que consumen el agua del lago, dolores de estómago, manchas o irritaciones en la piel, degradación de las uñas, efectos como la caída de cabello, entre otros.
“Lo malo que en Guatemala estos desechos no tienen normas de contaminación, pero para consumo sí, situación que pone en riesgo la salud de los pobladores”, agregó.
